'El último ídolo soy yo'

RAMALLO.- Lejos está aquella imagen del piloto agresivo, el que dominaba la escena. En el triunfo y en la polémica. El que ostentaba poder deportivo y el que deslumbraba por maniobras increíbles. El rol de abuelo absorbe todo. Juana, de 10 años, es el centro de atención de Juan María Traverso. "Trato de gozar con ella todo lo que me perdí con mis hijos. Eso de estar todos los fines de semana lejos de casa, en las carreras", destaca el "Flaco", que hace 40 años debutaba en el Turismo Carretera, con un Torino.-Corriste en la época artesanal y en la del profesionalismo. ¿Cuál fue tu preferida?-Fueron tres etapas distintas. La década del 70 y parte del 80, la 2» parte 80 y 90 y el final. Son totalmente distintas. Corredores buenos, profesionales y tecnología hubo en todas las épocas. La cantidad de elementos que se inventaban para los autos de TC era increíble, y era la tecnología de la época. Ahora tiene más de lo que se debe tener. Pero antes era en función de la seguridad: frenos, butacas, etcétera. Ahora, un auto de calle, de alta gama, el más caro, es a prueba de pelotudos. Tiene control de tracción, cámaras atrás, no podés chocar. El auto te avisa, te enciende una alarma, te grita, falta que te meta un bife? Esa tecnología para la calle está perfecto, porque hace a la seguridad. Pero para la competición quita posibilidades al piloto. La habilidad de modular un acelerador, de hacer un cambio, elimina al piloto. Esto hace que haya más corredores. Ahora no se necesita saber todo eso.-¿Empareja para abajo?-A mi entender sí. Y pasa en la Fórmula 1 también. Salvo el automovilismo norteamericano, que todos los años vuelve a sus fuentes, le saca la tecnología que se mete en las categorías. Y fomentan al deportista.-¿El sistema del automovilismo actual permitiría un Traverso?-Quizá sí. Pero hoy si me dicen subite en ese simulador, entrenate tres días y capaz que luego voy corro y gano, la verdad me dedicaría a otra cosa.-Fuera de lo deportivo, todo aquello que rodeó la figura de Traverso, como el cigarrillo, los portazos, las declaraciones explosivas? Hoy si fueses piloto oficial no te lo permitirían.-¡Claro! Es más. En una de las últimas épocas del TC 2000, en el equipo Toyota, un funcionario me sugirió que no dijera más malas palabras. Le dije: "No tengo más remedio". Hoy un corredor llega 20 y si vos le preguntás, él no te dice por el motor, por la cubierta, por la estrategia... Pero tampoco te va a decir que maneja mal. ¿Qué tiene de malo decir que el...

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