Turbo, un caracol en la pista de Indianápolis

Si como decía un viejo sabio "ningún sueño es demasiado grande y ningún soñador demasiado pequeño", ¿por qué debería considerarse desatinado que un caracol, cuyos desplazamientos poco tienen que ver con la velocidad, se pase la vida soñando con correr las 500 Millas de Indianápolis? Eso es lo que le sucede a Teo, el fanático del automovilismo que emplea buena parte del tiempo que le deja libre su trabajo en la plantación de tomates para practicar incansablemente las contracciones y elongaciones que constituyen su forma de locomoción. Algún día, imagina el molusquito, podrá moverse lo suficientemente rápido como para competir en las pistas, como lo hace el auto de su ídolo de la TV, el campeón francés, aunque, por ahora, apenas ha logrado llevar su récord a 17 minutos para los 100 centímetros.En la animación, el sueño americano no tiene límites, ¿acaso no llegó a triunfar como chef, y en París, una rata callejera con paladar de gourmet? ¿Y si en una de ésas tiene la suerte de que algún capricho del destino lo convierta en una especie de superejemplar de su especie, como le pasó a Superman o al Hombre Araña?Pues bien, algo de eso hay en la historia de Turbo , la producción animada de DreamWorks que Fox estrenará mañana en 3D y 2D, para que el soñador en quien nadie confiaba haga realidad su quimera, y de paso emule a los rápidos y furiosos de carne y hueso que todavía andan ¡y a qué velocidad! por las pantallas locales.David Soren, el animador canadiense que ideó y dirigió este nuevo producto destinado a los chicos, ha confesado que el origen del film vino de su mundo doméstico: por un lado, el inagotable entusiasmo de su hijo por todo lo relacionado con las carreras de autos; por otro, la invasión de caracoles que padeció en el jardín de su casa. Quizás entonces lo inspiró el contraste entre la lentitud del animalito y la redondez de su caparazón en espiral, tan reminiscente de una rueda, pero lo cierto es que vio allí una oportunidad para mezclar superhéroes y carreras. Y en el fondo, admitió, se trata de la historia de un desfavorecido, de esos cuya vida está colmada de obstáculos y de los que nadie espera que gane nada. Como un caracol, que debe defenderse de los jardineros, de los cuervos, "de los chicos que los pisan y de los franceses que prefieren...

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