Tucumán: hacia una mayor degradación institucional

La degradación institucional que muestran numerosas provincias argentinas, entre ellas las del noroeste del país, ha sumado otro lamentable episodio hace pocos días con la designación de un nuevo miembro de la Corte Suprema de la provincia de .El gobernador ha impulsado -y la mayoría legislativa ha avalado- la designación del abogado Daniel Leiva, fiscal de Estado de la provincia, como vocal del alto tribunal.Todos los antecedentes del abogado Leiva evidencian que es un funcionario adicto al gobernador de la provincia. Como si esto fuera poco, sus pobres antecedentes académicos no lo señalan como un hombre destacado del derecho. Basta observar que como estudiante en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional del Tucumán tuvo un lamentable desempeño, con promedios bajísimos. Cabe preguntarse cómo puede haberse expedido un título universitario a quien ha arañado los mínimos para aprobar.Es evidente que Tucumán, a pesar de su mayor desarrollo relativo, en lo institucional no es diferente de sus vecinas Santiago del Estero o La Rioja. También hay allí "matrimonios del poder", como fue el caso de los , que antecedieron a Manzur en el gobierno de la provincia y que ahora se disputan la sucesión.Estos gobernadores convierten en una ficción la institucionalidad, al pisotear la sana separación de poderes y la periodicidad de los mandatos, principios fundamentales del régimen republicano de gobierno. De ese modo, construyen la impunidad que necesitan ante los atropellos que ellos o sus adláteres cometen.La política en ciertas provincias ha degenerado en feroces contubernios entre dirigentes del oficialismo y proveedores del Estado, constructores y empresarios del juego, entre otros flagelos.Estos caciques predican su demagogia disfrazada de falso federalismo. Parafraseando a Robespierre, víctima durante "el terror" francés: "Libertad, ¡cuántos crímenes se cometen en tu nombre!", podemos preguntarnos cuántos crímenes se cometen en nombre del federalismo asociado con ataques al "centralismo porteño". Un centralismo que no existe más desde que precisamente dos tucumanos ilustres como Nicolás Avellaneda y Julio...

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