Tsonga: después de una vorágine asfixiante, la era de la madurez

Jo-Wilfried Tsonga, el Muhammad Ali de las raquetas, ya no vive dando golpes al aire ni arriba de una montaña rusa emocional. Se convirtió en profesional en 2004 y, durante muchas temporadas, el francés viajó por el circuito sin oxigenarse, sin mirar a su alrededor, en medio de una vorágine infernal. Sólo tenía un propósito: "Ser exitoso", reconoce. Cueste lo que cuente. A los 30 años (en abril cumplirá 31), su vida pasa por otros objetivos. Es lógico; maduró. Hace un tiempo, tras entender que estaba perdiendo "espontaneidad", decidió desvincularse de su entrenador para intentar ser libre estratégicamente. Y le dio resultados. "De golpe me encontré haciendo solamente lo que mi coach me decía dentro de la cancha y no siendo yo mismo. Jugaba como mi coach quería. Desde hace un tiempo he decidido que quiero disfrutar, ser espontáneo y que mi nuevo entrenador (Thierry Ascione) sea sólo mis ojos afuera de la cancha, pero no que me obligue a jugar como él quiere", le confiesa a LA NACION el número 9 del mundo y tercer favorito del Argentina Open, en un rinconcito del Buenos Aires Lawn Tennis Club, antes del diluvio.

"A los 30 años cambiaron muchas cosas en mí: soy un tipo más adulto, aunque siga siendo joven (sonríe). Antes, lo único en mi vida era el tenis. Para ser honesto, trataba de ser ganador en mi profesión y no más. Ahora, además, construyo otras cosas afuera del tenis que me dan la posibilidad de estar más relajado, tratando de disfrutar cada momento. Cuando era más joven todo era más vertiginoso. El tenis es muy exigente e individual. Hoy disfruto más de viajar, de conocer gente, de hablar con desconocidos", agrega el jugador nacido en Le Mans, ciudad mundialmente famosa por Las 24 Horas de Le Mans, la carrera de resistencia que se desarrolla anualmente en el circuito de la Sarthe.

Dentro de una serie de innovaciones en su carrera, Tsonga decidió jugar sobre el polvo de ladrillo sudamericano en lugar de disputar los certámenes bajo techo sobre superficie dura de Europa. Además de actuar en el ATP porteño, la semana próxima participará del torneo de Río. Aunque no es la primera vez que visita la Argentina, claro: en abril de 2013 integró el equipo francés que perdió 3-2 ante el equipo albiceleste de Copa Davis, por los cuartos de final, en Parque Roca. "Recuerdo la atmósfera del estadio durante el juego -añade-. Fue muy difícil para nosotros, porque el público estaba todo el tiempo alentando y muy fuerte. No fue un regalo para nosotros...

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