Tsipras asumió en Grecia con una inusual alianza con la derecha nacionalista

PARÍS.- impuso un ritmo vertiginoso a la . A la velocidad de un meteoro -ése era su apodo en la época estudiantil-, ayer a la mañana cerró una negociación con el partido nacionalista Griegos Independientes para asegurarse la mayoría en el Parlamento, se entrevistó con el presidente Carolos Papoulias para aceptar el encargo de formar gobierno y luego juró como primer ministro.

A los 40 años, convertido en el jefe de gobierno más joven del último siglo y medio de la historia griega, rompió con todas las tradiciones: con la camisa blanca abierta y sin corbata -como es habitual en su caso-, formuló un juramento civil ante el jefe de la Iglesia Ortodoxa griega; como es ateo, no invocó a Dios y prometió "velar siempre por los mejores intereses del pueblo griego".

Tsipras, que acababa de ser elegido diputado en 2009, era prácticamente desconocido para la opinión pública en 2010 cuando la troika formada por la Comisión Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) le impuso su diktat a Grecia. Después de dos planes de rescate y una reestructuración que le permitió reducir la deuda a 321.000 millones de euros, el país está actualmente empeñado en un plan de reembolsos que se prolongará hasta 2057.

Consagrado en la elección de anteayer con el 36,3% de los votos, su partido, Syriza, obtuvo 149 escaños en el Parlamento de 300 diputados. Para alcanzar la mayoría necesaria para gobernar, desechó una alianza con el nuevo partido centrista To Potami, creado recientemente por el poderoso lobby de armadores con la ilusión de mantener su influencia. Tsipras temía quedar con las manos atadas una vez en el poder.

En cambio, el joven líder prefirió hacer un pacto contra natura con el partido Griegos Independientes.

El único punto de coincidencia de la coalición de ultraizquierda Syriza con ese partido populista de derecha es su oposición al severo programa de austeridad impuesto por la troika. Con los 13 diputados de los Griegos Independientes (4,8% de los votos), Tsipras se asegura una cómoda mayoría en el Parlamento para poder aplicar las promesas de campaña.

Los primeros actos de su gobierno serán, probablemente, aumentar el salario mínimo a 650 euros; mejorar los ingresos de los pensionados; facilitar el acceso de los desocupados a los servicios elementales de salud; restablecer el suministro de energía eléctrica a quienes tienen el servicio cortado; crear de una tarifa especial para los combustibles destinados al...

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