Trump tensa más su vínculo con Occidente

WASHINGTON.- Desde el primer saludo, todo fue incómodo. El presidente Donald Trump recibió ayer por primera vez a la canciller alemana, Angela Merkel, y ambos líderes, polos opuestos, iniciaron un vínculo difícil, que encarna la tensión reinante en Occidente por la revuelta populista que llevó al magnate republicano al poder y amenaza con fracturar a Europa.

Hubo contrapuntos, muestras de buena voluntad y ánimo para buscar terreno común -sobre todo por parte de Merkel-, pero todo quedó eclipsado por la obstinación de Trump para defender su infundada acusación de espionaje contra su antecesor, Barack Obama, a quien culpó de "pinchar" sus teléfonos antes de las elecciones. Los forcejeos de la Casa Blanca para sostener esa denuncia provocaron además ayer un indeseado incidente diplomático con Gran Bretaña, el aliado histórico de Washington.

La agenda de Trump y Merkel incluía temas en los que debían limar asperezas, como la lucha contra el terrorismo, el comercio, la OTAN, la situación en Ucrania -y el vínculo con el presidente ruso, Vladimir Putin- y la economía global.

Pero dos de las cuatro preguntas en la primera conferencia de prensa conjunta de ambos mandatarios tocaron las supuestas escuchas. Ante una, Trump intentó descomprimir un escándalo que cada día erosiona un poco más su credibilidad con una broma.

"En cuanto a las escuchas telefónicas, supongo que con esta administración pasada, por lo menos tenemos algo en común, tal vez", dijo Trump señalando a Merkel con su mano ante periodistas y funcionarios. Merkel lo miró incrédula. Un puñado de risas recorrió la sala.

Ayer, los gestos dijeron más que las palabras. La broma de Trump, una referencia al espionaje de Washington a líderes extranjeros destapada por Edward Snowden durante la presidencia de Obama, no sólo fue un reconocimiento tácito a las diferencias entre Trump y Merkel, sino también un intento futil por aliviar una denuncia cada vez más pesada para su gobierno.

El escándalo provocó una pelea con Londres. Acorralado por la ausencia de evidencias, y la lista -cada vez más extensa- de funcionarios, ex funcionarios y legisladores que han afirmado que esas pruebas no existen, Trump había mandado anteayer a su vocero, Sean Spicer, a defenderlo ante la prensa armado sólo con un puñado de citas sacadas de la prensa.

Spicer validó desde el atril de la Casa Blanca la posibilidad de que el espionaje a Trump fue realizado por la inteligencia británica -y, por ende, no hay pruebas-, al...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR