Trump quiere dejar atrás la derrota por el Obamacare con la baja de impuestos

WASHINGTON.- Forzado a conseguir un triunfo tras varios traspiés, el presidente Donald Trump abrirá una nueva negociación con el Congreso en busca de un plan para cumplir con otra promesa central de su campaña: bajar impuestos.

Nada sugiere que será sencillo. Bajo presión, Trump, su gabinete económico y líderes republicanos en el Congreso se enfrentan al desafío de pulir un plan con precisión de orfebre para eludir otra derrota como la de la reforma del sistema de salud y revitalizar la joven y alicaída presidencia del magnate.

La intransigencia que han mostrado los republicanos ultraderechistas del Congreso ha complicado la agenda de la Casa Blanca, que ha abierto la puerta a consensuar un plan con los demócratas, unidos y vigorizados tras el fracaso que sufrió el oficialismo en el Capitolio. Ahora, el equipo de Trump parece mucho más decidido a involucrarse desde el vamos en el diseño del proyecto, a diferencia de lo que ocurrió con la reforma de salud, bautizada Trumpcare, un plan que fue escrito en la Cámara baja, bajo la supervisión de su presidente, Paul Ryan.

"Estamos manejando el tren en esto", dijo ayer el secretario de Prensa, Sean Spicer, que también reafirmó la intención presidencial de trabajar con la oposición.

Trump y los republicanos necesitan de manera imperiosa un éxito legislativo que les permita enterrar el último fiasco. Durante siete años, el oficialismo buscó sin cansancio una manera de revocar y reemplazar el Obamacare, la reforma de los demócratas, que Barack Obama firmó en 2010. Al primer intento, las divisiones en el oficialismo engendraron un fracaso que puso en duda la gobernabilidad, pese a que los republicanos controlan el Congreso.

Trump, un presidente que llegó a la Casa Blanca tras prometerles a sus votantes, una y otra vez, que se iban a "cansar de ganar", acumula varios traspiés.

La llamada "prohibición musulmana" fue suspendida por la justicia, su promesa de reemplazar el Obamacare se frustró en el Congreso, su primer presupuesto fue denostado por republicanos y demócratas, y su candidato para cubrir una vacante en la Corte Suprema puede ser bloqueado en el Senado. Ayer, su popularidad tocó un nuevo fondo: sólo un 36% de los norteamericanos respalda su gestión, según el último sondeo de Gallup.

Cuando faltan tres semanas para cumplir sus primeros 100 días en la Casa Blanca, Trump ha tenido éxito en un solo frente: deshacer el legado de Obama, con decretos que desarmaron la política migratoria, la...

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