Un tropezón que obligará a jugar todas las gestiones posibles

El ministro de Economía, Martín Guzmán, y el presidente del BCRA, Miguel Pesce, se reunieron en Washington, con los técnicos del FMI Julie Kozack y Luis Cubeddu

Más allá del carácter informal que tuvo el encuentro, la reunión del directorio del FMI en la que se discutió el planteo de la Argentina (entre otros países) en contra de las mayores tasas de interés que cobra el organismo resultó un tropezón importante en la estrategia de negociación del gobierno de Alberto Fernández.

Un país sobregirado en términos fiscales como la Argentina (es decir, acostumbrado a gastar más de lo que recauda) se ve obligado a renegociar plazos de pago que ya en el programa original de Mauricio Macri eran imposibles de cumplir. ¿Qué se discute? Cuando el FMI presta dinero a un país le cobra una tasa básica vinculada a los DEG, muy baja en términos internacionales, más un 1% (100 puntos básicos). Cuando ese país toma un préstamo muy por encima de su cuota (187,5%), como es el caso argentino, la carga se eleva un 2% (o 200 puntos básicos). En el caso de un préstamo de facilidades extendidas, si después de 51 meses el crédito se mantiene por encima de aquel nivel, la tasa se eleva en 300 puntos básicos (3%). Los recargos están diseñados para desalentar el uso extenso y prolongado de los recursos del FMI.

En el largo proceso de renegociación que lleva adelante desde mediados del año pasado, el Gobierno intenta al menos tres cosas: eliminar...

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