Un triunfo para pelear por el título

Una de las cuestiones que puede decirse de este River de Ramón Díaz es que, si bien desperdició muchas oportunidades en este Torneo Final, siempre se las ingenió para estar cerca del objetivo máximo. Una cuestión no menor si se tienen en cuenta las últimas experiencias vividas. La reanimación del equipo millonario encontró en el Monumental otra vital bocanada de impulso. Y si bien la victoria por 2 a 0 sobre All Boys resultó exigida porque los visitantes sostuvieron merecimientos durante varios minutos como para soñar con el empate, el conjunto de Núñez volvió a afirmarse sobre una actitud comprometida, con una imagen renovada y más incisiva de la que había mostrado en el superclásico del "yo no me fui" y de los posteriores "chupetines". Al fin, la recompensa de la alegría quedó para el lado de River, que volvió a ganar después de dos empates consecutivos y quedó a tres puntos del líder, Newell’s.El primer tiempo fue favorable a River por su ambición; discutido por All Boys a pesar de la rápida expulsión de Darío Stefanatto por doble amonestación. El comienzo fue tan entusiasmante para el espectador como tensionante. La inteligencia y tranquilidad del colombiano Eder Álvarez Balanta para cortar y salir con el balón limpio, los encuentros entre Ledesma e Iturbe y alguna aparición de Ariel Rojas, mostraron a un River superior y con más llegadas. Un cabezazo de Funes Mori dejó en evidencia al fondo de All Boys, por donde se colaron dos disparos desde fuera del área de Iturbe y otro que casi termina en gol de Rojas.De la mano de la expulsión de Stefanatto puede decirse que este All Boys dirigido por José Romero le dio prioridad a un esquema equilibrado, sin asumir riesgos excesivos y con un volante como Montoya Muñoz que tuvo que ser reemplazado por necesidad. Más allá de esta disposición táctica, en el primer tiempo los dirigidos por Romero mostraron decisión a la hora de avanzar en el campo rival. Se sostuvieron en las atajadas de Nicolás Cambiasso para llenar de nervios las acciones de River.En la segunda etapa, se sabía, River debía generar un cambio de actitud; de lo contrario, conseguir la victoria sería una misión imposible. Así ocurrió, finalmente, a partir de que pasó a jugar con tres delanteros por el ingreso de Carlos Luna por Ariel Rojas. Aquella primera etapa entretenida y cargada de emociones que se encaprichó con los méritos y le dio la espalda a River, quedó en segundo plano gracias a una seguidilla de Lanzini. Porque fue el enganche de River...

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