Tres juicios en agenda y una condena a la política

Cristina Fernández de Kirchner y Alberto Fernández

Desde la recuperación de la democracia, la opinión pública ha estado dominada recurrentemente por procesos judiciales, comenzando por el aleccionador y mundialmente inédito Juicio a las Juntas. Algunos procesos fueron seguidos con tanto interés cívico genuino como con indisimulable morbo, muchos más. La Justicia (o la injusticia) en el centro de la escena . El verano de 2023 confirma la regla. Tres juicios de naturaleza muy distinta ocupan la mayor parte de la agenda mediática. Aunque solo dos acaparan la atención de la audiencia .

El proceso por la muerte violenta de Fernando Báez Sosa , cuyo fallo se conocerá hoy, y el estremecedor homicidio del menor Lucio Dupuy , cuyas autoras fueron condenadas la semana pasada por la comisión agravada de ese delito, han logrado casi el monopolio del rating. Pero hay un tercer juicio en trámite que no mueve el amperímetro .

Los dos primeros son procesos penales por crímenes comunes, crueles o aberrantes, que revelan, reflejan y exponen situaciones que interpelan a la sociedad toda . También, a los poderes públicos.

Hablan de nosotros . De nuestra educación, de nuestra cultura, de nuestros valores, de nuestras miserias, de lo que sabemos, de lo que ignoramos, de lo que no queremos ver, de lo que no somos capaces de asumir y evitar, del estado de los vínculos interpersonales. De lo que abunda y de lo que falla en la Argentina.

También hablan de nuestros prejuicios, nuestros posicionamientos, nuestras grietas, nuestras filias y nuestras fobias. No es difícil entender que sean motivo de debate en cualquier mesa y que se impongan en la agenda de los productores de cualquier programa de radio y televisión o en el sumario de cualquier editor para luego ocupar incalculables minutos o centímetros del universo mediático.

En cambio, hay un tercer juicio en desarrollo, que a pesar del espacio que suelen dedicarle los medios de comunicación no logra prender entre lectores y televidentes. Tal vez la comprensión de esa diferencia no sea tan difícil. Un adjetivo parece explicarlo todo. Se trata del juicio político iniciado a la Corte Suprema de Justicia por parte del oficialismo . Juicio político . El calificativo asoma neutralizante.

Como si fuera un problema de otros, como si graficara el desacople creciente y abismal que se registra entre la sociedad y la política, el enjuiciamiento a los máximos magistrados del país no concita casi interés, a pesar de la gravedad...

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