Tremor: la nave futurista de la música argentina

" Huir lo viejo... mirar el filo que corta un agua espinosa y arrancarse de lo conocido... beber lo que viene... tener alma de proa. " Ricardo Güiraldes escribió estas líneas en 1914 sin saber que terminaría prologando el nuevo disco de uno de los proyectos más originales y futuristas de la música argentina: Tremor. El power trío, conformado por Leo Martinelli (en guitarras, charango, ronroco, sachaguitarra, trutruca, bombo, samples y programaciones), Camilo Carabajal (bombo legüero, redoblante y caja) y Gerardo Farez (teclados y sintetizadores analógicos, bombo legüero y melódica), acaba de lanzar su tercer disco, Proa , que lo pone a la vanguardia sonora de lo que se produce en la música popular hoy. "Antes, las cosas rupturistas venían de la gente de 20 años, pero actualmente noto que los que están buscando un sonido personal tienen más de 30. Quizá porque ahora predomina la autogestión y los de veinte tardan un tiempo en dominar ciertas herramientas más caseras, desde grabar hasta difundirse. También pienso que una propuesta como Tremor llama la atención porque no es un repeat de otras bandas que copiaron a otras bandas. Somos un grupo que busca proponerte cosas nuevas, aunque nos salga mejor o peor", reflexiona Leo Martinelli, cuyas influencias, dice, son Mercedes Sosa y Tom Zé.Proa es una nave hacia el futuro, en la que la sonoridad andina del charango se puede combinar con los chirridos y las frecuencias del glitch, los efectos sonoros del monte santiagueño, las líneas rítmicas de los Balcanes, el galope del dubstep y el malambo, o las voces que emergen de los circuitos de las computadoras. El sonido orgánico de los instrumentos en explosiva combinación con el audio analógico y digital le da a Tremor un sonido de vanguardia."Tenemos la oreja bastante contemporánea, sabemos cómo mezclar estos ritmos y elementos. Si bien usamos bombos, la forma en que los tocamos y grabamos no es la tradicional, como en un disco de Los Nocheros, y eso se extiende a todo, a los charangos, a la sachaguitarra. Es que a veces no me siento un compositor muy talentoso. Creo que soy un buen administrador de recursos materiales e ideas musicales. Tengo habilidad para estructurar eso de una manera emocional y creativa, hacer que convivan...