Tras las rejas, trastornos emocionales en chicos

Son tan inocentes como todos, pero por esas desgraciadas piruetas del destino deben enfrentar una dura realidad: crecer tras las rejas.Tal es la condena, sin causa, que muchas veces se ven obligados a sobrellevar los chiquitos de hasta cuatro años de mujeres que delinquen. Por primera vez, un estudio que acaba de recibir el premio anual de la Sociedad Argentina de Pediatría analizó el crecimiento y el desarrollo, la integración social y las prácticas de crianza de los chicos que viven con sus madres en prisión, una realidad tan poco conocida que en la bibliografía frecuentemente se los llama "los niños invisibles".Los resultados que arroja este trabajo son tanto un puntapié inicial para encarar estudios más profundos como un llamado de atención, ya que aunque no se encontraron déficits importantes en su desarrollo, sí se detectó una alta prevalencia de trastornos emocionales."Hace unos tres años, Clemente Berardi, pediatra de la Unidad N° 31 del Servicio Penitenciario Federal, se acercó al Servicio de Crecimiento y Desarrollo del Hospital Garrahan porque, más allá de las toses y las fiebres habituales, se preguntó algo trascendente -cuenta Horacio Lejarraga, jefe del servicio-: cómo estaban creciendo y desarrollándose esos chicos."Los especialistas se plantearon, entonces, realizar un estudio integral, que incluyera desde evaluaciones del estado nutricional de los chicos, hasta de su crecimiento, de la existencia de trastornos "inaparentes" (como el retardo en la adquisición del lenguaje o en la motricidad). También les aplicaron un test argentino (la prueba nacional de pesquisa o Prunape), midieron su cociente de desarrollo y las pautas de crianza."Incorporamos a un grupo del Centro de Rehabilitación Nutricional de La Plata [Ceren, del Conicet] que ya había trabajado con madres de la zona y que nos permitió comparar los resultados obtenidos en la prisión con los de la comunidad en libertad -explica Lejarraga-. Y por último, hicimos entrevistas personales con las madres para indagar cuáles eran sus ideas, sus temores, sus deseos respecto de la crianza de sus hijos."El equipo conformado por Lejarraga y Berardi, más la licenciada Susana Ortale, y las doctoras Adriana Sanjurjo, María Magdalena Contreras, Celina Lejarraga y María José Martínez Cáceres, junto con la alcaide Verónica Masarik y la licenciada Lilian Rodríguez, de la Unidad 31, estudió a 68 chicos y 66 madres.El análisis de los datos...

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