Transformación China: se sumerge en una nueva era de reformas

PEKÍN.- China hace sonar el gong. Y del sonido, como en el mandarín, depende el significado. Es, a la vez, despertador y desafío. Es oportunidad y advertencia para todos. Una nueva era de transformación ha comenzado.

"El mundo va hacia una mayor polarización y globalización. Por eso, China entró en una nueva normalidad" y se apresta a cambios profundos, dispara a modo de descripción y primera advertencia Guo Chunli, subdirectora de la Oficina de Estudios de Macroeconomía del gobierno chino, que participó de la elaboración del 13er Plan Quinquenal, lanzado este año. No dice, pero anticipa, el impacto que esa caracterización tendrá para el resto del mundo y, sobre todo, para América latina, así como no hace falta explicar que China apunta a ocupar la cima de uno de esos polos en los que divide el planeta.

La nueva normalidad implica, para los próximos cinco años, una fuerte transformación en la matriz productiva puertas adentro y un proyecto fronteras afuera que apunta a una incidencia mucho mayor de China en el mundo.

Ello, con una competencia aún más decidida y abierta con Estados Unidos por la supremacía mundial. Acá el país de Barack Obama es motivo de cita recurrente y no siempre de manera amable. "América latina debe ser más independiente en sus relaciones internacionales", dice sin eufemismos el director del Instituto de Estudios Internacionales, Son Junying. Y no hace falta preguntarle de quién debe ser más independiente, según su criterio.

Los funcionarios chinos dejan en claro hacia dónde va su país desde las primeras exposiciones hechas ante los 15 miembros de la delegación de la Argentina, Costa Rica, Chile y México, compuesta por dirigentes políticos, periodistas y responsables de think tanks y ONG de los cuatro países, invitados a un viaje de intercambio por la Asociación China para el Entendimiento Internacional (Cafiu, por sus siglas en inglés). El objetivo de la invitación es contar y mostrar la actualidad y los proyectos de China, estrechar los vínculos, mejorar la percepción sobre su país y saber mejor lo que se piensa de ellos. Y pasar avisos. Que se sepa. Una potencia en pleno ejercicio de su rol.

En los salones de un hotel que el Partido Comunista chino (PCCh) tiene en Pekín destinado, principalmente, a recibir invitados extranjeros, Guo Chunli despliega detalladamente a lo largo de casi tres horas el ambicioso plan quinquenal en marcha. Desde afuera, un tránsito demoníaco y el ruido incesante de las construcciones se...

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