La trampa mortal del país 'ni-ni'

Fila en la Anses de Morón para cobrar el bono del Gobierno, el lunes pasado

La semana empezó con imágenes de las filas de aquellos que aspiraban al bono para indigentes frente a las sucursales de la Anses. En esas largas colas, que se repitieron en distintas ciudades del país, el frío de las estadísticas adquiría un rostro . O varios, ya que había desde jóvenes que ni trabajaban ni estudiaban hasta adultos que a duras penas sobrevivían con changas esporádicas, algunos de ellos con familia o personas a cargo. Aunque los igualaba el hecho de que no recibían ningún ingreso fijo, ni estatal ni privado, se percibía entre ellos distintas actitudes ante la adversidad. Muchos habían tenido un empleo o un oficio, y expresaban el sentimiento de humillación con el que se apuntaban a esa ayuda que, de obtenerla, no les alcanzaría para mucho. En contraste con gente mayor que salía a diario a buscar el mango, aunque más no fuera con el cartoneo, sorprendía la resignada pasividad de jóvenes sin actividad que, según declaraban, no estaban buscando trabajo. Jóvenes que asumían con naturalidad su condición de virtuales excluidos de todo y a los que esa cola parecía haberles dado, al menos durante esa mañana, un propósito.

En ellos se ve reflejado el drama de esa legión a los que un sistema perverso les ha sustraído la posibilidad de una vida con proyectos, de superación, una vida en que la perspectiva de un horizonte invita al desarrollo de las potencialidades que todo ser humano tiene . Tanto como la dádiva, la falta de futuro mata el contacto de la persona con sus propios deseos y la condena a la precariedad de un presente en el que apenas se sobrevive. A una vida que no es vida.

La causa de los cuadernos, que involucra a políticos y empresarios, exhibe cómo los procedimientos oscuros del corporativismo local derivaron en prácticas mafiosas

Los jóvenes "ni-ni", a los que el lenguaje define por sus carencias y desprovistos de atributos, son el fruto amargo de décadas de un sistema político y económico que no solo los relegó a la pobreza, sino que les robó cuotas esenciales de autonomía para convertirlos en rehenes de quienes se benefician de él. La matriz corporativa de un Estado saqueado por la puja permanente de intereses no solo condenó a estos jóvenes a su condición actual. También les impide, a aquellos que lo intentan, progresar en base a su esfuerzo . Porque el sistema, sembrado de privilegios y medidas distorsivas en favor de una elite siempre...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR