Tomar conciencia, pero en serio

Ojalá pudiesen ser éstas las últimas líneas derivadas de la tragedia del domingo pasado, que se llevó la joven vida de Guido Falaschi en la prueba de TC de Balcarce. Ojalá que se lo pueda traer de nuevo a la memoria al bueno de Guido sólo para recordar su ímpetu, sus sueños, su alegría en el podio de Junín, cuando alzó la copa que premiaba al primero... pero parecen ser demasiado caros los precios que se pagan en el mercado del automovilismo deportivo.Es sistemático, torpe, inhumano y molesto: hay que pasar por un golpe letal para tomar conciencia de lo vetusto de un autódromo, aun cuando ésta pueda ser sólo temporaria. Hay que llorar una muerte para intentar evitar otra, aun cuando en un mes ya todo haya pasado al más cruel de los olvidos. Hay que escuchar a los tremendistas de siempre que sin conocimiento de la historia se remontan a otras épocas, aun cuando hay argumentos sólidos que ni siquiera son tenidos en cuenta. El lacónico "no falló nada" de Oscar Aventin se acercó peligrosamente al "todo pasa" de Julio Grondona, aun cuando en el medio haya quedado una vida menos. Son frases lanzadas en un contexto de suma sensibilidad para muchos y que cortan como un filoso cuchillo.Al momento de escribirse esta columna, en Comodoro Rivadavia, donde este fin de semana correrá el Top Race V6, los auxiliares del autódromo General San Martín estaban cambiando los neumáticos de...