Toma de tierras: el peligro de un Gobierno que no sabe de qué lado está

El renacido fenómeno de la ocupación de tierras es apenas la última imagen de una larga película, un ejemplo más de un Gobierno que simula hacer algo, Donde algunos suponen amplitud ideológica, el nuevo peronismo muestra su propia confusión. No es variedad, es desconcierto.El movimientismo peronista siempre hizo creer que su amplitud ideológica le permitía encontrar soluciones para todos los problemas. Es una vieja coartada que sobrevive desde el momento fundacional del justicialismo.Las cosas han cambiado. La versión del peronismo en el poder encubre con esa creencia un desconcierto que estalla en cada una de las decisiones fallidas que toma el gobierno que preside Alberto Fernández y dirige Cristina Kirchner. Es esa confusión sobre qué y cómo enfrentar una realidad compleja y dolorosa la que predomina como factor de fracaso por sobre las clásicas fuerzas internas en pugna que siempre habitaron en el peronismo.El enredo que tiñe las líneas centrales del Gobierno está influido por las diferencias ideológicas entre los socios del peronismo reagrupado por el impulso de Cristina Kirchner. Y también es impactado por la anomalía que supone, en un partido culturalmente verticalista, la debilidad del Presidente respecto de la jefa natural de la fracción mayoritaria de la coalición.En menos de nueve meses, el Gobierno dejó ver señales contradictorias que lo desdibujan. Hay una sola excepción: acompañado por todo el arco político, empresarial y gremial de la Argentina, Alberto Fernández logró posdatar el pago del endeudamiento privado y liberar de compromisos perentorios a este y al próximo mandado presidencial.Ese logro no fue recibido con ninguna muestra de confianza por parte de los argentinos. Por el contrario. El martes, un día después de la formalización del canje con los bonistas, los home bankings colapsaron por ahorristas tratando de asegurarse los 200 dólares que el cepo cambiario permite adquirir.La confianza no es solo un acuerdo con los acreedores. El Gobierno parece ignorar que la destruye con su inquietante ambivalencia sobre el derecho de propiedad, con sus incongruencias en materia de seguridad o, por fin, cuando activa proyectos para subordinar a la Justicia a las necesidades penales de la vicepresidenta. Una...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR