Todavía es temprano para festejar

Al anunciar, con el tono equívoco de quien convoca a una batalla, que saldará la deuda con los holdouts, Cristina Kirchner modificó la visión de la dirigencia política y empresarial sobre el futuro inmediato del país. Sin embargo, es imposiblEntre los asesores de los principales candidatos, en la banca y entre los inversores atentos a la economía local se discute si la Presidenta decidió la normalización general del frente externo o si El debate se asienta en un detalle decisivo: el eventual acuerdo de la deuda reduciría el costo del dinero de 12 a 8%. Es una ventaja importante para un gobierno afectado por una crisis de reservas. Pero nadie asegura que el kirchnerismo esté dispuesto a aprovecharla.La atención de los próximos días seguirá puesta en el acercamiento de los funcionarios al juzgado de Thomas Griesa. Los movimientos son muy descoordinados. Aunque el omnisciente dijo saber que "la Corte rechazaría el caso", no parece haber previsto una estrategia. El viernes, en Rosario, la Presidenta avanzó hacia un acuerdo.Y con la solicitada que horas después publicó en el Wall Street Journal (WSJ), retrocedió. Quizás ese texto hubiera persuadido a la Corte Suprema de los Estados Unidos a tomar el caso. Pero la señora de Kirchner llegó tarde. El eterno problema con la puntualidad.En el nuevo contexto, además de contraproducente, esa publicación es ingenua. Para evitar que los bonistas que aceptaron los canjes reclamen la ventaja que se otorgará a los holdouts, el Gobierno necesita que Griesa certifique que no se está celebrando un acuerdo sino obedeciendo una sentencia. ¿Para qué, entonces, irritarlo con críticas a un fallo convalidado por la Corte? Ya bastante cara puede resultar la tenebrosa "Fisonomía de Griesa" que el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, sordo al mandato martinfierrista, describió en Página 12. Fue en 2012: era imposible que un kirchnerista saliera de su presente eterno para calcular que dos años después necesitaría un favor del mismo magistrado. Griesa conoce el "encorvado dicterio" de González: se lo leyeron los "buitres".La solicitada también es candorosa cuando reduce sus diatribas a Paul Singer, el titular del fondo Elliot, uno de los beneficiarios del fallo de Griesa. El Gobierno no ha prestado atención al fondo Aurelius. Su administrador, Mark Brodsky, fue bautizado como Terminator por The Independent, debido a su escasa flexibilidad como acreedor. Mientras desde las oficinas de Singer adelantaron que...

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