Tierra de nadie

Las peleas en el Boca campeón, los sinsabores de los equipos de Avellaneda, el presente negro de San Lorenzo y hasta el andar de River en la B Nacional se llevan las miradas de todo el ambiente futbolístico. Pero, eclipsado, en el fútbol que pocas veces se le presta atención, el mundo del ascenso sigue día a día con su rutina de desgracias. Problemas económicos, falta de infraestructura y, sobre todo, una violencia que nunca retrocede sino que avanza, son factores que sumados convierten al ascenso argentino en tierra de nadie.Esta semana varios clubes tuvieron incidentes con sus hinchas o barras que derivaron, en alguno casos, en la renuncia de sus entrenadores. Así sucedió en Chacarita, Atlanta y Almagro. En Mendoza, los violentos saltaron límites e interrumpieron con reclamos una práctica del equipo Independiente Rivadavia, y hasta agredieron al fotógrafo Diego Pares, del diario Los Andes. Y eso que sólo se disputaron tres fechas en lo que va de este año?Las historias de peleas en las categorías menores se multiplican. Este 2012 empezó de la peor manera, con el cruento enfrentamiento entre los barras de Nueva Chicago que provocó las muertes de Aldo Barralda y Agustín Rodríguez. Ese choque sucedió lejos de la cancha, ya que ni siquiera había comenzado el campeonato. La modalidad se multiplica: el accionar de los violentos ya no responde a los antecedentes clásicos de insultos tras un partido desde la tribuna. El ex DT Mario Finarolli, de Almagro, acusó haber sido apretado por barras mientras salía de la cancha después de igualar sin goles ante Barracas Central, el lunes, y renunció al cargo. Adujo: "En el club vi cosas que no me gustaban". Ese mismo día a Jorge Ghiso, en Atlanta, le sucedió algo similar: después de empatar 1-1 ante Atlético Tucumán, el entrenador salió del estadio de Villa Crespo y fue increpado por varios hinchas, con quien mantuvo una acalorada discusión mientras esperaba un taxi que lo saque de esa difícil situación.Hay una llamativa coincidencia en ambos casos: la falta de protección policial. Es común escuchar historias de peleas y de zonas liberadas por la policía. Las acusaciones cruzadas entre los dirigentes y los encargados de seguridad son comunes. Los primeros acusan a los otros de "mal desempeño". Como respuesta reciben de los encargados de seguridad: "Los dirigentes conocen a los barras y no hacen nada. Tienen acuerdos con ellos".La poca voluntad de trabajo dejó al ascenso sin público visitante cuatro temporadas. Todo comenzó...

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