Tiempos hostiles para las ONG

Un trago amargo debe ser digerido periódicamente por los referentes de las valiosísimas organizaciones de la sociedad civil en la Argentina. Se trata de un cóctel que combina una importante merma en el flujo de fondos internacionales, un temerario posicionamiento externo del país en materia de cooperación, una opaca discrecionalidad en la asignación de subsidios públicos por parte del Estado y un marco legal y fiscal que asfixia a las entidades de bien público. Todo ello genera una notoria restricción en la independencia de las organizaciones para alzar su voz como lo hicieran no hace mucho tiempo atrás. La ecuación pone a las fundaciones y asociaciones civiles en la incómoda situación de tener que administrar la insustentabilidad de la agenda cívica, que, como lo demuestran estudios del sector, es una agenda financiada casi totalmente por la cooperación internacional.Una voz firme y sostenida que durante las dos últimas décadas marcó las debilidades de las políticas públicas, controló las gestiones gubernamentales, interpeló a los funcionarios públicos y luchó para que el Estado respetara los derechos colectivos de la ciudadanía se hizo oír a través de Poder Ciudadano, Cippec, la Asociación por los Derechos Civiles, el Centro de Estudios Legales y Sociales y otras entidades que lograron incidir en la agenda pública y política.Hoy, la mayoría de las organizaciones de perfil cívico que hacen a la construcción de ciudadanía, la lucha contra la corrupción, el acceso a la Justicia o el libre acceso a la información pública, parecen haber cedido terreno a los abusos institucionales por parte del Gobierno. Sea por temor, sea por afinidad con las políticas gubernamentales, sea por la restricción financiera que limita las posibilidades de desarrollo de programas de alto impacto, o porque se han fijado otras prioridades, muchas organizaciones han perdido mirada crítica y capacidad de hacerse oír, lo que sumado a la inexistencia de contrapesos por la frágil división de poderes y la endeble oposición política, pone a la sociedad frente a la imperiosa necesidad de que las organizaciones cívicas recuperen la independencia que garantiza un funcionamiento plenamente ajustado a sus misiones.Es cierto que las directrices definidas por organismos internacionales multilaterales, fondos de cooperación de embajadas y fundaciones extranjeras sobre el destino de la cooperación internacional no priorizan a América latina y que, a la vez, en el marco de la región, la Argentina es...

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