Terror y perversidad jihadista

La vieja e histórica ciudad de Mosul, emplazada en el norte de Irak y al este del río Tigris, que alguna vez fue la capital del imperio asirio, es hoy la tercera ciudad de Irak en términos de población.Desde el 9 de junio pasado, está en manos de los fanáticos milicianos a los que se denomina jihadistas sunnitas, que responden al presunto califato que ha sido proclamado por Abu Bakr Bagdadi, quien usurpó tanto territorio sirio como iraquí.Esos ocupantes están imponiendo por la fuerza a la población local, de más de 1.700.000 habitantes, toda una serie de perversas normas de convivencia derivadas de su peculiar interpretación de las reglas que, según creen, gobiernan el mundo islámico, incluyendo aberraciones como la reciente destrucción de la tumba de Jonás, edificada en Mosul, siglos atrás.En particular, dos persecutorias medidas han generado enorme preocupación tanto dentro como fuera de los límites de esa ciudad. La primera es la que obliga a todas las mujeres -desde las adolescentes hasta los 49 años- a tener que someterse a la llamada "ablación", esto es, a una mutilación genital con el fin -sostienen- de "alejarlas del libertinaje y la inmoralidad".Esta práctica tan aberrante como atávica es también conocida como circuncisión femenina. Es relativamente común en algunos países africanos, tanto entre los musulmanes como entre algunos cristianos o animistas. Éste es, por ejemplo, el caso de Sudán y el de Egipto. Era casi inexistente en Irak. Lo cierto es que...

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