El terror de Cristina Kirchner que resurge con cada dólar perdido

Hugo Yasky, Cristina Kirchner y Jorge Ferraresi, en el acto de la CTA, en Avellaneda

Para Cristina Kirchner es el escenario maldito. El Gobierno elige negarlo sistemáticamente, mientras el mercado descuenta su inevitabilidad. Esa danza, que se baila desde hace meses en el país, se aceleró dramáticamente sin respuestas oficiales, más allá del solo paso del tiempo. Entonces, con cada vez más frecuencia, la posibilidad de una devaluación resurge en el horizonte.

Esta opción es hija de la realidad de las reservas y de la destrucción del peso producto de las políticas del Gobierno. Dólares no faltan en la Argentina. Al Banco Central (BCRA) se le escapan, porque el "plan platita" se financió con emisión; por la creciente inflación, que puede llegar a las tres cifras; la ineficiencia para aprovechar Vaca Muerta y la farsa del combate al "festival de importaciones" cuando el Poder Ejecutivo es el responsable de subsidiar un dólar oficial de acceso a pocos privilegiados. Son hechos que producen expectativas en una única dirección.

El ministro de Economía, Sergio Massa, busca cambiar la melodía oficial. Ni mago, ni salvador, ni superministro, se autocalibró. "El desafío es enorme", aseguró cuando presentó sus primeras medidas, entre las que estuvieron un futuro blindaje sin precisiones de las reservas con préstamos y adelantos de exportaciones. Massa prometió US$7000 millones. Sin embargo, como dice un hombre que suele hablar con él, sigue siendo aún el "plan vamos viendo": hay escasos detalles sobre un programa que pueda cambiar no solo el stock sino el flujo por el que el Banco Central (BCRA) pierde dólares a diario. "Faltan medidas cambiarias", dicen algunos. En su primera aparición, Massa negó un shock devaluatorio. Sus colaboradores descartan un desdoblamiento.

En el Palacio de Hacienda y en el BCRA, una devaluación genera terror. "No hay ancla. En un día se te dispara todo", descuentan. Hablan de los precios, ya recalentados. El índice que se conocerá el jueves será probablemente el más elevado en los últimos 20 años. Rozará el 8%. Massa mira el plan israelí -con ingredientes ortodoxos y heterodoxos- para frenar la inflación: acuerdos políticos y con actores económicos, tipo de cambio fijo luego de un retoque del shekel, brusca suba de tasas de interés y una fuerte reducción del gasto. En los 80, la coalición que acompañaba a Shimon Peres validó ese camino sin miramientos. ¿Lo harían hoy Cristina Kirchner y La Cámpora?

Emmanuel Álvarez Agis...

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