Terror a bordo: auge, complejidad y colapso en la 'economía del container'

Barcos cargueros en el puerto de Oakland, el quinto con más actividad de los Estados Unidos

Hay muchas maneras de definir la "globalización", pero en historia económica se suele aludir al momento en el que el comercio global comenzó a crecer, de manera consistente, a más del doble de la tasa de aumento del PBI planetario. Eso ocurrió a principios de la década del 70, y en su libro de micro-historia La Caja (The Box, 2006) el periodista Marc Levinson argumenta que este fenómeno se dio principalmente por la masificación en los años anteriores de un invento poco glamoroso y estudiado: el container.

Levinson cuenta cómo esta ecuación cambió por completo gracias a la iniciativa y al empuje de Keith Tantlinger, un ingeniero nacido en 1913 en Orange, California, en una familia de granjeros.

Tantlinger inventó los contenedores, con un sistema homogéneo de carga y descarga para trenes y camiones, lo cual redujo en forma drástica el costo del transporte marítimo y modificó el mapa económico global. Hasta ese momento, los barcos cargaban decenas de miles de ítems por separado, en un proceso mucho más arduo que el actual, y con una alta tasa de robos, roturas y corrupción. En las cinco décadas siguientes, los contenedores fueron reyes absolutos del comercio global. Hasta la pospandemia. Ahora, surgen luces rojas de alarma.

La crisis de la cadena logística internacional es uno de los principales problemas de la economía global en 2021, y lo peor es que no parece tener soluciones a la vuelta de la esquina. El colapso, que tuvo una imagen icónica meses atrás con el barco gigante encallado en el canal de Suez y que se replica hoy con fotos de puertos congestionados, está detrás del inédito aumento de la inflación en los países desarrollados, de la escasez de microchips y de todo tipo de productos, y hasta de un malestar social generalizado con consecuencias en los resultados electorales.

En el día a día se multiplican las crónicas de vida cotidiana que dan cuenta del impacto de esta situación, como una que publicó el divulgador Derek Thompson en The Atlantic, que comentaba cómo lo que era habitualmente una salida de media hora para hacer unos mandados se convirtió en una maratón mucho más larga, en la cual, al ir de local en local, se iba enterando dónde quedaba todavía papel higiénico y otros productos. "Prepárense para festejar la Navidad en algún mediodía de enero", dice Thompson, en relación al pico de demanda por regalos para las fiestas, uno de los...

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