Teo dio señales y nadie las quiso ver

En el manejo de un grupo, dicen que no hay mejor entrenador que aquel que consigue sacar lo mejor de cada jugador. Y no hay mayor desafío para un técnico que convencer a un futbolista. Convencerlo de que todo lo que pide tiene una razón de ser. El que logra que su dirigido entienda que si lo acompaña en su idea ambos resultarán beneficiados.Hay jugadores dóciles que facilitan las cosas, hay algunos menos receptivos que dan más trabajo. Y hay otros, como Teo Gutiérrez, que sólo siguen su instinto.Con Miguel Russo de entrenador de Racing, la "calidad como exquisito definidor" fue lo primera que se supo de Teófilo. Recién llegaba a la Argentina, se estaba haciendo notar. Y cayó muy bien.Luego llegó el Cholo Simeone y, por esos tiempos, se conoció otra faceta del colombiano: le encanta provocar a sus rivales. Sacarlos del partido con actitudes picantes. "La sal de los partidos", dicen. Algunos disfrutan de ese tipo de deportistas... ¿pícaros? La vidriera argentina había hecho su trabajo y llegaron las primeras ofertas de Europa.Entonces Teo se acercó a un límite antipático y puso en una encrucijada a Simeone. Empezaron los rumores. Primero que por una dolencia no confirmada se negó a jugar un partido. Después, directamente, se fue con la selección colombiana a un partido de las eliminatorias y volvió tarde. No un poco tarde, llegó tres días después. Tenía su excusa, pero a esa altura cada cosa que decía lo ponía más cerca del...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR