Tensiones y cambios en La Cámpora

La ola arrasadora de La Cámpora, el sello juvenil kirchnerista premiado con http://www.lanacion.com.ar/1401775-el-negocio-aereo-en-manos-de-la-campora , http://www.lanacion.com.ar/1399559-la-campora-sera-un-polo-de-poder-en-el-nuevo-congreso y creciente protagonismo, empieza a impactar con http://www.lanacion.com.ar/1400024-la-campora-primeros-roces-y-primeros-desertores , mientras asoma la discusión sobre cómo adaptarse a la próxima etapa.La agrupación fundada por Máximo Kirchner, jefe en las sombras, expandió su poder bajo el paraguas presidencial, pero casi no dotó de organicidad su estructura. Ahora, de cara a una segura reelección, comenzaron a analizarse cambios: desde modificaciones en la mesa de conducción -hoy integrada por seis miembros- y anclar un esquema más territorial hasta la alternativa de convertirla en una corriente política que trascienda lo generacional para erigirse como el cristinismo. El rumbo -con retoques o sin ellos- lo definirá el hijo de Cristina Kirchner.Después del http://www.lanacion.com.ar/1402112-la-presidenta-amplio-su-triunfo-electoral en las elecciones primarias, La Cámpora bajó su perfil. Puertas adentro, hubo movimientos que anticipan una disputa de poder, según reconstruyó LA NACION de referentes de la organización. Se desató, a la vez, una infructuosa cacería para evitar filtraciones a los medios.Las rencillas, que se remontan al origen mismo del espacio, fueron más perceptibles el último mes. El episodio más notorio fue el faltazo que pegó La Cámpora a una cena que encabezó en Parque Norte el candidato a vice, Amado Boudou, en una cruzada para consolidarse como mandamás de la Capital. Sin avisar, dejaron 20 sillas vacías, incluidas las de los referentes del territorio, Andrés Larroque ("Cuervo"), secretario general, y el legislador Juan Cabandié.La dupla hace tiempo que mantiene una pelea por el liderazgo local, que se profundizó durante el proceso electoral. Hace diez días, antes del encuentro, Larroque ordenó no asistir después de un cruce con Cabandié, que sí estaba dispuesto a ir. Las razones eran varias: no habían tenido injerencia -como en otros casos- en el armado ni en la organización del evento; no tenían el espacio pretendido y, además, subyacen diferencias de fondo con el compañero de fórmula. "Nosotros no somos la guitarra", dijo más de una vez Larroque, en referencia al estilo descontracturado y más cercano a Pro que imprime Boudou, además de su objetado pasado liberal.Dos visionesComo vértice...

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