Tensionados

El fútbol argentino se convirtió en un trampolín irritable. En un golpe al vacío con suerte de irascibilidad. Ser susceptible, en el juego doméstico de hoy, es el ejemplo más noble. Los estados alterados no tienen dueño, en realidad: todos los artistas de la pelota se zambullen en ellos como si fuesen auténticos especialistas. Aunque son los DT los exponentes más fidedignos. Atrás quedó aquella moraleja de la silla eléctrica en la que sufrían sentados, resultados negativos mediante: hoy viven en conflicto. Gestos, miradas, palabras. Se defienden y atacan: y aquí, no hay ideología que valga. Tal vez perdieron ese viejo código que mantenían: el del respeto. O no: se adaptan al nuevo mundo, más salvaje, brutalmente mediático. "Veo que hoy están hasta los de policiales, a lo mejor cometí algún delito", lanza Claudio Borghi, el curioso técnico de Boca, con un pie afuera y otro adentro, casi a diario, por malos resultados e inusuales declaraciones. Apenas una muestra de una profesión envuelta en polémica.El caso Falcioni-Cappa. Es un buen ejemplo el contrapunto entre los DT de Banfield y River. Lo que pudo ser una declaración de principios de otra época (Menotti-Bilardo, por caso) se resuelve con chicanas, con ironías, sin tolerancia. En el contexto del emotivo 2-2 del domingo último, en el Sur. Cappa suele descontrolarse (llegó a pedir perdón "a los hinchas") y Falcioni suele serenarse. Pero, evidentemente, algo se quebró. Cappa lanza: "Banfield tira centros, ése es su recurso: hasta el arquero tira centros. Así salió campeón y es válido". Sabe que sus palabras pueden herir; igual las lanza. Y Falcioni, al mediodía, estalló. Que Cappa envió a Banfield al descenso, que Cappa debe leer mucho, pero que él prefiere la lectura de La Gloria, el tratado del Apertura 2009, de su autoría ideológica. "No me gusta que hablen de mi equipo. Ya estoy podrido: mi equipo salió campeón en la Argentina, el de él no?" Parecen gallos en plena riña. Por la tarde, Cappa eligió otro micrófono para contestar. "Yo dije algo de la realidad: sus equipos juegan de esa manera, ¿qué tiene de malo? Me sorprende. Debe tener otro motivo, no sé cuál es?", dice. Y hasta admite que debería hacer terapia por sus exabruptos en la cancha. Aunque no son los únicos alterados, claro.El caso Borghi. Buen conductor, campeón en Colo Colo y en Argentinos, pareciera que no comprendiera aún la trascendencia de Boca. Se sorprende de sus declaraciones, se sorprende de su exposición. "Una cosa es renunciar y...

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