En tensión, la CGT busca aplacar la interna

El día después fue casi tan tenso como la previa. La CGT suspendió a último momento una reunión de su consejo directivo prevista para ayer. Fue después del acuerdo con el Gobierno para el pago de un bono de fin de año y la exención de Ganancias para el medio aguinaldo.

Sin embargo, tanto en público como lejos de los micrófonos, los jefes gremiales intentaron aplacar la interna que desató la oferta de la Casa Rosada y minimizar la posibilidad de que las diferencias deriven en una ruptura de la central que se unificó hace menos de dos meses.

La CGT eligió un recurso poco sutil para evitar el movimiento que podría terminar en cisma: la renuncia de Pablo Moyano y una eventual sangría de los moyanistas que, como él, integran la mesa de conducción de la CGT. Anteayer, el hijo de Hugo Moyano había tildado de "vergonzoso" el trato con el Gobierno. Ayer lo dejaron sin escenario desde el que dar el portazo.

Aunque sin convocatoria formal, la reunión de ayer estaba en la agenda de los tres secretarios generales de la CGT, Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, y del resto del consejo directivo desde principios de semana, cuando quedó claro que la cita en la que el Gobierno oficializaría su oferta sería el miércoles.

La cita se pensó, de hecho, para repasar los anuncios y decidir si, en función de la propuesta, se convocaría al paro, si se seguiría negociando o si la huelga quedaría desactivada.

Se dio el tercer escenario, aunque las definiciones sobre el bono para estatales nacionales y provinciales, y para trabajadores del sector privado siguen pendientes (ver aparte).

El "apaciguador" público fue Daer...

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