Temor y resignación en Moreno por la inseguridad

Un año atrás, los vecinos de Moreno, hartos de la inseguridad en la zona, exigían que se acabaran las muertes. Enfervorizados, los cientos de manifestantes que se acercaron a la municipalidad reclamaron medidas de prevención después del homicidio de Nicolás Castillo, un joven de 19 años. Pero los meses transcurrieron, y los robos y homicidios, lejos de detenerse, continuaron. Sólo en la última semana hubo un asesinato y otros cinco hechos delictivos."Todo sigue igual desde el año pasado", es la frase que repitieron los vecinos de Moreno, en el oeste del conurbano, en una recorrida de LA NACION. "Tal vez peor", opinaron otros consultados, más desilusionados.La falta de respuestas ante la seguidilla de hechos que ponen en riesgo la vida de los habitantes tiene por estos días una consecuencia: los vecinos ya no quieren manifestarse porque sienten que su temor no le importa a nadie.Cuando todavía seguía la conmoción por el homicidio del vigilador privado Juan Carlos Sabini, de 42 años, y que custodiaba un supermercado en el centro de Moreno, los vecinos se asombraron por la noticia de que cuatro delincuentes mataron a dos perros para ingresar a robar en una casa.Indignado, sin que ya nada lo sorprendiera, como si la inseguridad se hubiera convertido en parte de su rutina y la de sus vecinos de Moreno, Antonio Villar, de 40 años, fue contundente: "Hoy tenemos una vida de presos". Detrás de él, yacía tirado en el suelo del patio de la casa uno de sus dos perros asesinados ayer a la madrugada.Sus ojos estaban llenos de lágrimas. Podía escuchar cómo su señora Ana Carolina Domínguez hacía lo posible para contener a los dos pequeños hijos de la pareja, un varón de 4 años y una nena de 6, que lloraban la pérdida de los perros raza Pitbull y un pequeño Shih Tzu.Los cuatro delincuentes parecían tener todo pensado. Sabían que en la casa, situada en la localidad de Villa Trujuy, sólo había mujeres jóvenes, de entre 19 y 30 años, y...