Temer enfrenta su primer escándalo y cae un ministro clave por escuchas

RÍO DE JANEIRO.- La primera gran crisis política del nuevo gobierno brasileño se cobró ayer una víctima de peso. A 11 días de haber asumido el poder de manera interina, mientras la suspendida Dilma Rousseff enfrenta un proceso de impeachment, el presidente Michel Temer debió aceptar la "licencia" de uno de sus asesores de mayor confianza, el poderoso ministro de Planificación, Romero Jucá, envuelto en unas controvertidas escuchas telefónicas en las que sugería frenar el avance de las investigaciones anticorrupción en Petrobras.

"Voy a pedir una licencia de mi cargo hasta que el ministerio público se manifieste sobre mi caso; técnicamente es una renuncia. Soy uno de los constructores de este nuevo gobierno y no quiero de ninguna forma que cualquier manipulación mal intencionada pueda comprometer al gobierno", anunció por la tarde a la prensa Jucá, que es presidente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB, como Temer) y, como senador, volverá a ocupar su banca en la Cámara alta. Será reemplazado en su cargo por el secretario ejecutivo del área, Dyogo Henrique de Oliveira.

Sus declaraciones llegaron después de varias horas de intensos ataques políticos y hasta de una acalorada conferencia de prensa en la que Jucá, investigado como presunto beneficiario de la red de sobornos del petrolão, defendió su inocencia.

El nuevo escándalo que volvió a inyectar vértigo a la crisis política brasileña había surgido temprano, cuando el diario Folha de S. Paulo reveló extractos de una conversación telefónica que había tenido Jucá en marzo con el empresario Sergio Machado, ex presidente de Transpetro, subsidiaria de Petrobras, y acusado de haber cobrado coimas de constructoras que hacían negocios con la petrolera estatal, y sospechado de haber repasado esos pagos ilegales a líderes del PMDB.

"Tiene que cambiar el gobierno para estancar esta sangría", apuntó Jucá con Machado al comentar el amplio alcance del caso del petrolão, que involucra a medio centenar de políticos de diversos partidos -entre ellas el Partido de los Trabajadores (PT), de Dilma, del que el PMDB era su principal aliado hasta dos meses atrás- y a numerosos empresarios, muchos de los cuales ya están en la cárcel.

Desde hace dos años, las investigaciones están a cargo un grupo de fiscales de Curitiba (Operación Lava Jato), bajo la responsabilidad del procurador general de la República, Rodrigo Janot, y del juez federal del estado de Paraná Sergio Moro, que se ha vuelto un ícono...

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