Temer a Dios... y a Cristina un poquito

Cristina Kirchner reunida con curas villeros, hermanas religiosas y laicas anteayer, en el Senado

La devoción con que los curas villeros y las religiosas reunidos en el Senado seguían anteayer las palabras de la vicepresidenta dice mucho del kirchnerismo. Los gestos de aprobación, las miradas arrobadas y el respetuoso silencio sugieren que Cristina Kirchner fue objeto de una fe sin fisuras por parte de un grupo de personas que hacen de la fe un elemento que guía sus vidas. Muchos santos y filósofos se han empeñado en demostrar racionalmente la existencia de Dios, pero siempre pensé que creer o no en una trascendencia que vaya más allá del mundo material es, además de una cuestión que define nuestro modo de estar en el mundo, uno de los actos más íntimos y misteriosos que puedan darse, determinado tanto por la cultura como por las experiencias de vida de cada quien. Y la experiencia, ya se sabe, es intransferible. Por eso me he convencido de que la fe en Dios, así como la fe opuesta en que no hay nada más allá de lo que la ciencia pueda explicar, no es tema de discusión. Es inútil y necio catequizar para un lado o para el otro. ¿Pasa lo mismo con la política cuando se la convierte en religión?

Me preguntaba, anteayer, cuánto de experiencia personal habría en la fe con que estos religiosos homologaban la palabra de Cristina Kirchner con la verdad. Convengamos en que la fe, incluso la buena fe, tampoco es discutible en este caso. La pregunta entonces sería por qué estos curas y estas monjas creen que la vicepresidenta encarna aquello por lo cual ellos, en contacto directo con los pobres, luchan cotidianamente: un mundo más justo y humano, menos desigual, en el que la prosperidad de unos no se asiente sobre la pobreza de otros. El interrogante adquiere mayor peso cuando se advierte que esta fe terrena en Cristina, que acaso se sustenta en la quimera de construir el Reino en la Tierra, es desmentida por una larga serie de evidencias que sería fatigoso enumerar aquí y que, sin ir más lejos, en parte acaban de ser expuestas por el alegato del fiscal Diego Luciani en la causa Vialidad. Peor aún, esas evidencias demuestran que aquello que falta en esas barriadas donde estos curas despliegan su trabajo es precisamente aquello que los Kirchner y muchos de sus funcionarios se llevaron a casa durante tantos años .

A los curas villeros no se les escapará, sin embargo, la degradación de las condiciones de vida que han sufrido los barrios populares durante...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR