Tu teléfono puede filmar con mucha más calidad, y no lo sabías

Teníamos que grabar unos videos para YouTube. Habíamos comprado luces y las habíamos configurado. Nuestros pasados como (eternos) estudiantes de fotografía cooperaron en este aspecto. Teníamos zapatas (no sé por qué algunos las llaman zapatillas) suficientes, y además, al construir nuestra nueva casa, habiendo pasado por la experiencia de mi antiguo caserón en Barracas, hice poner muchos tomacorrientes en cada habitación. El caserón, fiel al estilo de la época, tenía uno solo por cuarto, y en la mayoría de los casos a más o menos un metro y medio de altura. Aquí no tuvimos ese problema, y en poco tiempo, luego de algunas fotos de prueba, teníamos todo dispuesto para empezar. Luces, paraguas, buenos teléfonos, ¿qué podía salir mal?Todo. El resultado fue una catástrofe. Algo no estaba bien con el video. No, no las luces. Composición, impecable. Pero, ¡ay!, la definición. Definitivamente, no era lo que esperábamos. Parecía filmado con una hoja de celofán delante de la lente. Verifiqué si los objetivos estaban limpios. Impecables. Hice otras pruebas y el resultado fue el mismo. ¿Qué piensa uno en una situación así?Que la culpa es de los teléfonos. Que tienen sensores más pequeños que una cámara de estudio. Que no están preparados para tareas tan exigentes. Que no son la herramienta adecuada. Es más: en un momento llegamos a la conclusión de que, para obtener una grabación de buena calidad, íbamos a tener que invertir en una cámara profesional; y ya saben que en la Argentina la electrónica cuesta más que los diamantes.De fábricaError. Solo que una larga cadena de factores hace que la mayoría de los que tenemos smartphones más o menos buenos estemos usando las cámaras mal. ¿Mal? Sí, mal. Hay un motivo, pero que un sujeto que se pasó la vida rodeado de equipos de última generación -desde fines de la década del ‘60 del siglo pasado, digamos- no se diera cuenta de lo que estaba ocurriendo terminó siendo todo un síntoma y dio origen a esta nota.En todo caso, y para no perder el ritmo de la historia, el asunto, como pueden imaginarse, no dejaba de darme vueltas en la cabeza. Aparecía y desaparecía. Habíamos grabado con un Galaxy S10, no tenía ni pies ni cabeza que los videos subieran a YouTube con esa resolución, que no diré que era baja, pero estaba mal. Algo estaba mal. Probé con mi S7. Lo mismo. Supuse que tendría que ver con que ninguno de los dos equipos está estrictamente orientado a fotografía (o sea, seguía sin ver el elefante rosa delante de...

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