La tecnología no sólo se compra, también se alquila

A menos que recibas como cortesía ese producto tecnológico que tenés entre ceja y ceja, para conocer su rendimiento será necesario adquirirlo y utilizarlo por un buen rato. Ni siquiera resultan suficientes algunas horas, ya que muchos equipos recién se muestran tal cual son cuando hemos instalado varias aplicaciones, comprobado qué tan bien caben en el bolsillo del jeans o cómo resulta su autonomía en el mundo real.

Es cierto que compradores curiosos y previsores pueden transitar caminos alternativos, como echar mano a un producto exhibido en una tienda o consultar las sesudas reseñas de los medios especializados. Pero, ¿qué tal si pudieras alquilar un teléfono o una consola de videojuegos por algunos días para tener una acabada experiencia de uso, sin que ello implique desembolsar la cifra impresa en la etiqueta del producto?

"Comprar un gadget solía ser emocionante, pero ahora puede ser un verdadero estorbo. Son tantas las opciones a considerar que se vuelven abrumadoras. Además parece que los dispositivos se vuelven obsoletos a poco de abrir el empaque", dicen desde , una empresa estadounidense que se ha convertido en el paradigma de una modalidad compuesta por tres pasos: descubrir, probar y recién entonces comprar. En el sitio hay cámaras, accesorios de fotografía, drones, auriculares, parlantes, y dispositivos de vestir como relojes y pulseras inteligentes. El mecanismo es simple: el producto es enviado al domicilio del usuario y se lo prueba durante una semana; las tarifas varían según el caso. Una vez cumplido el plazo es posible devolverlo o conservarlo, abonando el remanente del precio final.

La idea parece haber sido tomada del mundo del software. Por mencionar un caso entre los tantos, servicios como el streaming de música de la firma Apple ofrecen lo que en la jerga se conoce como free trial, un período de prueba gratis que, cuando termina, propone al cliente abandonar el barco o pagar el boleto para seguir a bordo.

Nadie dice estar alquilando un software -en rigor no se está pagando nada-, aunque la metodología es casi la misma: una experiencia en primera persona que deriva en la decisión de continuar o no utilizando el producto o servicio.

Haber mencionado a Apple sirve para contar cómo Lumoid ganó cierta fama. En efecto, saltó a los titulares de la mano del reloj inteligente de la compañía cofundada por Steve Jobs, llamado Watch. Ocurre que la computación de vestir, segmento en el que se inscribe este reloj, es aún una...

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