Una tarea silenciosa y heroica

Las en el NEA y en el Litoral confirman que nuestro país no escapa al incremento en la intensidad y en la frecuencia de las lluvias que golpean a buena parte del planeta, muchas veces asociadas a la deforestación. A principios de este año, la cantidad de evacuados obligó al Gobierno a decretar la emergencia hídrica, poniendo en evidencia que frente a los efectos del cambio climático se ha de sumar siempre una debida planificación e implementación de políticas públicas.Las pérdidas estimadas generadas por inundaciones y sequías en los últimos tres años superaría el 1% del PBI. Una cifra elocuente a la cual debemos anteponerle el irrecuperable valor de las vidas perdidas y las familias destruidas.Más allá de la generosa de nuestra gente a la hora de asistir a las víctimas de inundaciones, aludes y desbordes, vale la pena destacar la valiosa contribución del Ejército Argentino en auxilio de los damnificados. Despliegan nuestras fuerzas incansables tareas en la evacuación, remoción de escombros para la habilitación de puentes y caminos, reapertura de calles anegadas y fortalecimiento de cascos urbanos para la contención del agua acumulada. Incluso se dedican a la preparación de comidas calientes y distribución de agua potable con camiones cisterna.Vocación de servicio, eficiencia y compromiso al servicio del bienestar social, contando para ello muchas veces con una más voluntariosa que pertrechada estructura, capacidad y despliegue territorial. Con la ayuda de medios especiales, helicópteros, unimogs y vehículos de gran porte, junto a...