Tango en otro idioma

Así como tantos músicos de todo el mundo viajan a Nashville o a Memphis para encontrarse con los sonidos del rock, el folk y el blues en su lugar de origen (Palito Ortega grabó su último disco en los Estados Unidos), desde diferentes latitudes llegan artistas a la Argentina para grabar tango, descubrir su raíz en el sonido de Buenos Aires y, quizá, llevarse alguna especie de diploma tanguero no escrito (un ejemplo: grabar en la mesa de mezcla del estudio ION es un diploma en sí mismo, tanto para locales como para extranjeros).Pasó y pasa con artistas consagrados: en las últimas décadas Ute Lemper se dio el gusto de tocar con bandoneonistas porteños y Yo-Yo Ma o Gary Barton compartieron varias sesiones con los músicos del "club" Piazzolla. Plácido Domingo ha grabado tangos. Arturo Sandoval (publicó el último año Tango, como yo te siento) y Rubén Blades (con arreglos de su amigo argentino Carlos Franzetti) cerró un Festival Buenos Aires Tango en el Luna Park. También hay para mencionar casos de cantantes e instrumentistas menos conocidos que pasaron de manera fugaz por el Río de la Plata para actuar y grabar.Durante los últimos años se conocieron los casos de Anna Saeki y Sayaca -dos intérpretes de buen castellano- y de compositores e instrumentistas que tomaron el tango como algo más que un amor de verano. La prueba está en el hecho de que ya tienen varios discos en su haber. La chelista sueca Beata Söderberg publicó en 2004 su primer CD registrado en Buenos Aires, Beatitudes . Hasta 2010, durante largas estadas en nuestro país compuso, grabó y publicó, al frente de su grupo de músicos argentinos Justango, otros cuatro álbumes: BeSo, Bailata, Beatas Aires y Tangos románticos para bailar.Hay otros que están empezando el camino porteño, como el danés Torben Westergaard. Este bajista y contrabajista de extracción jazzística registró un disco con un elenco argentino -encabezado por Diego Schissi, encargado de las composiciones y los arreglos- y volvió a Buenos Aires meses atrás para presentarlo en vivo. La placa se llama Tangofied y participan, además de Westergaad y el pianista Schissi, Guillermo Rubino (violín), Paula Pomeraniec (chelo), Santiago Segret (bandoneón), Ismael Grossman (guitarra acústica).Para muchos, la fórmula funciona: asociarse a un artista local de prestigio que les allane el camino y les dé un sonido contemporáneo y, al mismo tiempo, de tradición y gesto tangueros.Noruega al NorteUn caso reciente es el de la noruega Nina Bendiksen, que...

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