Los sustos que más rinden

Desde que el cine es cine, ningún género llegó tan lejos en el estímulo de las emociones más profundas, intensas, oscuras e insondables de la conciencia humana como el de terror. Parece una verdad de Perogrullo, un razonamiento elemental, pero siempre viene bien refrescarlo: las "películas de miedo" desde hace más de un siglo no cesan de regar de sangre la pantalla, pero a la vez conforman la materia prima de "uno de los géneros más vitales del cine contemporáneo", como señala la referencia precisa a la cuestión en el imprescindible Diccionario del cine (Paidós, 1998) escrito por Eduardo A. Russo."En las sombras de un film de terror siempre acecha el mal, inexplicable, amenazante, excesivo para la razón del espectador e inequívocamente ligado a una fuente que hace estallar la noción de realidad", explica allí Russo, subrayando al mismo tiempo con agudeza que esa galería de sobresaltos, temores y espantos que el desasosegado espectador repite voluntariamente una y otra vez en la experiencia colectiva de una sala a oscuras "debe ser de tipo estético" e incluir una dimensión lúdica.Este eterno e inmanente juego del miedo, con el que inclusive se forjó uno de los grandes estudios de Hollywood (Universal), también suele brindar consuelo, tranquilidad y sonrisas, todo lo contrario a su esencia, en momentos en que algunas previsiones no se cumplen.Algo así ocurre en este mismo momento. La película El conjuro ( The Conjuring ), flamante vuelta de tuerca de un modelo narrativo ciertamente clásico, el de la familia que vive en un lugar aislado, expuesta a inexplicables y amenazantes fenómenos sobrenaturales, volcó a su favor en los últimos días las preferencias de la taquilla en Estados Unidos y dejó allí todavía más al descubierto el fracaso de varios estrenos recientes mucho más ambiciosos y caros, de El Llanero Solitario a Titanes del Pacífico .De los primeros 30 fines de semana de 2013, cinco de ellos fueron dominados en la taquilla por películas de terror ( horror films , en la jerga anglosajona) cuyos presupuestos y costos de producción resultan sensiblemente más bajos respecto de las superproducciones marcadas por los efectos visuales y digitales. El conjuro , filmada a un costo de apenas 20 millones de dólares y cuyo estreno se anuncia en los cines locales para el 8 de agosto, es la última (y exitosa) muestra de una tendencia que registra este año antecedentes como The Purge y Mamá .El éxito de la primera impulsó su lanzamiento en la...

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