Los supuestos logros son todos propios; los errores son ajenos

Una Argentina que crece en soledad, gracias a las políticas del Gobierno, mientras el mundo -hasta Brasil- se desbarranca y mientras los empresarios locales hacen lo imposible por quedarse con una tajada más grande que la que les corresponde a expensas del pueblo. Esa es la imagen del país que presentó ayer , que no sólo http://www.lanacion.com.ar/1668562-inflacion-e-inseguridad-dos-palabras-que-no-fueron-pronunciadas-por-cristina-kirchner

"inflación", sino que, además plantó como único proyecto claro volver a las draconianas leyes contrarias a la propiedad y la libertad en materia de comercio que el peronismo más fascista instauró en los 70.

Para defender los logros de la administración que comenzó con la presidencia de su esposo, según los términos por ella establecidos, utilizó citas de lo que pareció ser un reporte de prensa o un comunicado acerca de un informe reciente del Banco Mundial. Un primer problema: esas síntesis de prensa suelen tener citas laudatorias respecto de algunos países miembros, como la Argentina, que en el estudio luego no se encuentran.

Pero en este caso, lo más importante parece ser lo que la Presidenta omitió: "A pesar de la prevalencia de los programas de transferencias de efectivo condicionadas y el aumento del gasto público social, el efecto de la política fiscal en la desigualdad ha sido modesto en Argentina, Bolivia, Brasil, México, Perú y Uruguay".

Sí señala el trabajo que "el Cono Sur -Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay- continuaron en 2012 liderando la reducción de la pobreza en América latina y el Caribe. De todas formas, los datos se basan en la Encuesta Permanente de Hogares del cuestionado Indec, además de otros indicadores.

Como quiera que sea, en el discurso presidencial, todo lo que se creció desde 2003 no estuvo influido para nada por las condiciones de los mercados internacionales de las materias primas, ni tuvo nada que ver el dinamismo del sector privado local, particularmente el agrícola, que en muchos casos (lechería, ganadería ovina, trigo) ha debido pelear contra adversas políticas.

En el caso de los automóviles, culpó de toda la caída de la actividad a la menor demanda de Brasil. Pero al dar un detalle de qué proporción de unidades es alcanzada por el "impuesto al lujo", convalidó las críticas al sistema: no estaba allí el lugar por donde se iban las divisas. Porque la mayoría de los automóviles que se venden en la Argentina son importados, pero son mayoritariamente los más...

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