La suma de todos los Bond

Daniel Wroughton Craig llegó al mundo en el noroeste de Inglaterra el 2 de marzo de 1968 y todavía berreaba en su cuna cuando en Londres el neoyorquino Albert Romolo Broccoli y el canadiense Harry Saltzman trataban de resolver un dilema: cómo darle continuidad al éxito cada vez más sostenido de la llegada de James Bond al cine luego de sus primeras cinco películas con una cara distinta de la que tuvo hasta ese momento.Por entonces, el escocés Sean Connery ya había decidido tomar distancia de un papel que con el tiempo sería visto como una verdadera jaula de oro. Antes de que Craig cumpliera un año de vida, el australiano George Lazenby habría de convertirse en el segundo James Bond de la historia con la idea de respetar el mandato que Cubby Broccoli había invocado en su autobiografía, When the Snow Melts: "Todo comenzó con Ian Fleming". Cuatro décadas después, los herederos de Cubby Broccoli (su hija Barbara y su hijastro Michael G. Wilson) recurrirían a la misma consigna para darle a Craig ese mismo papel.El único título protagonizado por Lazenby, tal vez el menos valorado y el más injustamente subestimado de toda la serie, reduce en pocas palabras la identidad de 007. Ni siquiera hace falta ver una sola escena de su última película, estrenada el jueves en 144 pantallas cinematográficas de la Argentina, para saber con certeza que Bond está al servicio secreto de su majestad. Es un selecto integrante (con licencia para matar) del MI5, la agencia gubernamental de inteligencia del Reino Unido, que como tal debe lealtad plena y consagrada a la reina Isabel II, cuya coronación estuvo separada por apenas dos meses de la aparición de la novela inaugural de la serie, Casino Royale (abril de 1953).Fleming murió en 1964 y la aparición póstuma de su última novela (El hombre con el revólver de oro) coincide con otro hecho histórico clave, la muerte de Winston Churchill. En consecuencia, según observa con agudeza David Chapman en su magnífica historia cultural de los films de James Bond (Licence to Thrill), nuestro héroe empieza a evolucionar en el cine cuando la tradicional imagen imperial del Reino Unido comenzaba a desvanecerse.La llegada de Connery testimonia ese rotundo cambio cultural. Chapman observa al Bond original del cine como un caballero inglés, pero con una estampa bien distinta de la tradición de los apolíneos y flemáticos David Niven y Leslie Howard y más cerca, en cambio, de la imagen viril, aguerrida e intrépida de un Clark Gable o un Gary...

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