La suerte de Jones Huala

Facundo Jones Huala es un argentino afortunado. Si viviese en los países que toma como modelo, fuesen Cuba, Nicaragua, Venezuela o aun en el Estado Plurinacional de Bolivia, los desmanes provocados por su organización Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) hubieran sido reprimidos con toda la fuerza del garrote socialista. En la República Bolivariana de Venezuela, la disidencia es perseguida por el Servicio Bolivariano de Inteligencia, que no tiene los modales de la Gendarmería argentina. La Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen que responde al colla Evo Morales, utiliza bastones y gases lacrimógenos para disuadir a quienes protestan, aunque sean indígenas, sin tantas contemplaciones.Facundo Jones Huala es un marxista afortunado. Si hubiera proclamado la autonomía del pueblo mapuche en China, tierra de su mentor Mao Tse-tung, quizás hubiera terminado como los 90.000 muertos del Tíbet, cuando fue anexado por el gobierno de Pekín y el Dalai Lama, exiliado. Años después, la Revolución Cultural, que tampoco compartía valores occidentales, como Jones Huala, destruyó monasterios tibetanos sin culpa alguna.Facundo Jones Huala es un mapuche afortunado. Si hubiera reclamado derechos preexistentes sobre Salinas Grandes al moluche Juan Calfulcurá, cuando este llegó de Chile, hubiera sufrido las leyes ancestrales de su pueblo (admapu), que no incluían los derechos y las garantías que él ahora invoca. Más bien, una ejecución sumaria y ejemplar, como ocurrió con los caciques Rondeao y Melín, asesinados en Masallé cuando Piedra Azul ocupó las salinas y sometió a los pueblos originarios de nuestras pampas. Tampoco el cacique Lautaro aplicó el debido proceso legal al desafortunado Pedro de Valdivia, aquella triste Navidad de 1553, cuando, según se cuenta, lo torturó durante tres días antes de matarlo.Facundo Jones Huala es un hombre afortunado, porque vive en la República Argentina, donde todavía hay tribunales de Justicia Legítima, como la Sala II de la Cámara Federal de Casación Penal, cuyos integrantes Alejandro Slokar y Ana María Figueroa resolvieron autorizar su prisión domiciliaria, mientras la Corte Suprema de Justicia analiza su extradición a Chile, ya dispuesta por múltiples delitos en aquel país. Slokar y Ledesma, de consuno con el fiscal Javier de Luca, mostraron su simpatía política por el anacrónico revolucionario, aun cuando no calificaba para ese beneficio según las normas procesales; el cambio de la prisión al domicilio fue solicitado por...

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