Electrodomésticos, el mejor regalo para el Día del Padre

La última vez que su madre viajó a España, Juan Muracciole le pidió que le traiga de regalo una sartén. "Una sartén especial, para hacer tortillas", aclara este consultor en comunicación de 40 años que heredó de su abuela asturiana la pasión por la cocina. Ahora, a punto de festejar mañana en primera persona su primer Día del Padre, Juan reconoce que todo aquello que le permite llevar adelante esa actividad que tanto disfruta -libros, utensilios, electrodomésticos- es el mejor regalo que puede recibir. Y no es el único.Cada vez son más los argentinos que hacen explícito su amor por la cocina, y no temen dejar en claro que para el Día del Padre recibirán con una sonrisa un electrodoméstico o un utensilio culinario, algo impensable años atrás. "Lo que en otras épocas hubiera sido considerado «poco masculino» (como cocinar) hoy no sólo no es un estigma para los varones, sino que habla bien de ellos", asegura Ximena Díaz Alarcón, directora de la consultora Trendsity."Si bien históricamente a la mujer se la asoció con el ámbito privado y del hogar y al hombre con la esfera pública, se han producido muchos cambios en este sentido –continúa Mariela Mociulsky, también directora de Trendsity–. Las mujeres ganan protagonismo en el espacio público (aunque mantienen en general a su cargo las responsabilidades principales de las tareas del hogar) y los hombres colaboran y se involucran cada vez más en el hogar y en la crianza. Ese mayor involucramiento, que se expresa en el hecho de cuidar a los chicos pero también en cocinar, hoy habla de su involucramiento emocional en la familia, de su capacidad para mantener las prioridades con claridad".Juan, papá de León, de tan sólo un mes de vida, cocina por placer, pero desde hace unos días también lo hace como parte del reacomodamiento que supone la llegada de un nuevo integrante –el primogénito– a la casa. "Hasta ahora, cocinaba bastante seguido, me turnaba con mi mujer para hacer la comida de todos los días, y además cocinaba cuando recibía amigos o familiares en casa –cuenta Juan–. Pero ahora que ella tiene sus dos brazos ocupados con León, estoy cocinando yo todos los días."Y no lo dice con pesar, como más de uno podría suponer. Juan reconoce en la tarea delante de las ornallas un espacio en el que dar rienda suelta a la creatividad. "Me gusta agarrar cualquier receta y hacerla, por más fácil o difícil que sea, me divierte. Yo soy publicitario y vivo de la creatividad, pero en mi trabajo hay presión en torno a la...

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