Springsteen regresa con una colaboración decisiva

Aún resuenan los ecos del paso de http://www.rollingstone.com.ar/1620125. Probablemente haya sido "el" concierto de 2013 y uno de los tantos momentos que atesoran los que allí estuvieron es la interpretación compartida y sentida de "American Skin (41 Shots)". La canción que El Jefe compuso en 2000 marcó uno de los tramos de más participación del público. Allí donde el frontman norteamericano exclama "41 Shots" hay puños apretados, hay rabia e indignación. El caso del inmigrante guineano Amadou Diallo, asesinado por los uniformados de Nueva York, se resignificó en cada parada de la gira y aquí se entremezcló con los casos de gatillo fácil. Es uno de los momentos más altos de High Hopes, un disco que busca salir rápido de ese aluvión que fue la extensa y ya histórica gira de Wrecking Ball.Para cambiar bruscamente de página Springsteen se vale de retazos, de reversiones e incluso de canciones como "American…" que ya son paradas obligadas de sus directos y que hasta aquí no pertenecían a su discografía de estudio. Pero hay un factor humano que marca a fuego el sonido de High Hopes y es la inclusión del guitarrista Tom Morello. El encuentro entre el activista político y B.S. fue decisivo y obró como disparador del registro que hoy anticipamos y que pasado mañana saldrá a la venta.El 18° álbum de estudio de Springsteen comienza con el himno soul que da título al disco. Es una manera rápida y efectiva de entrar en un viaje que propone canciones esperanzadoras, piezas luminosas de soul, baladas melancólicas y algo de rock para despabilar, para alzar la voz y descargarse. Compuesto por el blusero gótico Tim Scott McConnell, "High…" es un pedido urgente de amor y paz. Le sigue la enigmática "Harry’s Place", un tema callejero, con reminiscencias del Springsteen de los 80 y el saxo tenor del recordado Clarence Clemons. Este track y la balada fantasmal "Down in The Hole" son dos muestras de los retazos atesorados por El Jefe y puestos...