Sorpresa e incertidumbre puertas adentro

Incertidumbre y sorpresa; tristeza y desconcierto: ése era el clima que reinaba ayer en la Biblioteca Nacional ante la a la dirección por problemas de salud. Con la designación de la subdirectora como nueva directora a partir del 1 de agosto, el clima interno no se alteró. Continuó la sorpresa y la tristeza por la salida de Manguel; también, la incertidumbre por lo que vendrá.

Aunque tanto el director saliente como el ministro de Cultura, , negaron la posibilidad de mayor achique y de despidos, a muchos empleados les preocupa que se repita el escenario de marzo de 2016 cuando fueron , de los cuales luego fueron reincorporadas cerca de un centenar. El fantasma de los despidos volvió con fuerza a recorrer los pasillos del edificio diseñado por Clorindo Testa no sólo por el fulminante ajuste del Estado en organismos como la , sino porque los personajes de aquella escena de 2016 son los mismos: Barber fue directora interina entre el nombramiento de Manguel, en diciembre de 2015, y su asunción, en junio de 2016. De su despacho salieron los despidos por entonces, aunque aseguraba que no era decisión suya. También llevaron su firma los telegramas de los cien reincorporados. Muchos golpearon la puerta de su oficina en esos...

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