La sombra del partido único

Ultimamente se han mencionado, en distintos medios, algunas simetrías que parecerían acercar el actual sistema político argentino, hegemonizado por el peronismo, a los 70 años (1929-2000) de indiscutido predominio en México del PRI (Partido Revolucionario Institucional) y sus precursores. En Vecinos distantes , de Alan Riding, una de las mejores crónicas históricas y sociales acerca de México y los mexicanos, publicada en 1984, el autor afirma que "durante su sexenio el presidente no sólo domina al Estado, sino también la vida pública de la nación; controla al Congreso, a los funcionarios judiciales y a los gobernadores estatales, así como al partido gobernante y a la enorme burocracia; determina la política económica y las relaciones exteriores?". Además, "va a todas partes rodeado de una corte de acólitos y un ejército de guardaespaldas, se lo bombardea constantemente con alabanzas, y sus caprichos personales llegan a no distinguirse de la política pública".Riding observa que "la corrupción permite que el sistema funcione, proporcionando el «lubricante», que permite que los engranajes de la maquinaria política giren, y el «engrudo», que sella las alianzas políticas. Sin la seguridad que ofrece una burocracia permanente, los funcionarios se ven prácticamente obligados a enriquecerse, con objeto de disfrutar de cierta protección cuando han salido del poder".Cada lector argentino podrá encontrar ecos familiares en esta descripción. Hay, por supuesto, diferencias que brindan la cultura y la historia. Riding indica que, a lo largo del reinado del PRI, la omnipotencia presidencial sólo podía ejercerse durante los seis años de su mandato, puesto que en México está abolida la reelección. De tal forma, fue el partido, el propio PRI, el que se convirtió en la columna vertebral del Estado y la sociedad mexicanos, otorgando imperativa continuidad a su proyecto de desarrollo. ¿Esto aceleró o retrasó el progreso y la entrada de México en la democracia y la modernidad? Sólo los mexicanos pueden contestar, mientras el PRI -progresista, centrista o conservador, o todo ello a la vez- prepara su vuelta al poder, en las elecciones de 2012.Aunque el policlasismo y la flexibilidad ideológica caracterizan tanto al PRI como al peronismo, sus respectivos nacimientos han tenido diferentes progenitores, a excepción de la pertenencia inicial, común a ambos, de sectores importantes de las clases trabajadoras. Mientras el PRI se declaró, de entrada, heredero directo y proveedor...

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