La soja que no da empleo y los juegos de suma cero

Cuando las papas queman, que para la gobernabilidad argentina es el momento en el que el Banco Central se va quedando sin reservas, los funcionarios económicos preguntan por la soja. Que cómo viene la cosecha, que cómo están vendiendo los productores o cuáles son los números de la liquidación de divisas de los exportadores. Pero cuando se trata de congraciarse con una parte de sus votantes, la soja es culpable de todo.Algo así le sucedió al presidente Alberto Fernández la semana pasada cuando justificó la aventura política de Juan Grabois y su "Proyecto Artigas" al intentar tomar el establecimiento Casa Nueva, en Santa Elena, en la provincia de Entre Ríos, propiedad de la familia Etchevehere. Terminado el episodio que la Justicia entrerriana definió como usurpación, el Presidente dijo que no le parecía tan mal el proyecto del dirigente social y señaló a la soja como responsable de desemplear gente en los campos y generar "hacinamiento en zonas urbanas".Casi un mes antes, en plena escalada de la cotización del dólar no oficial, el Gobierno había dispuesto reducir en forma temporal los derechos de exportación de la soja y sus derivados con el propósito de acelerar las ventas de la oleaginosa.Cualquier especialista en historia económica argentina explicaría que la gran migración del campo a la ciudad comenzó en la década del 40, mucho tiempo antes que la expansión de la soja en la Argentina, a mediados de los años 90. Quizás Fernández también haya olvidado sus tiempos como jefe de Gabinete de Néstor Kirchner. Gracias a la suba de los precios internacionales de los granos, fundamentalmente de la soja, su máximo referente político logró la recuperación de la economía tras la crisis de 2001.Fue la Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja) quien le recordó al Presidente las cifras sobre lo que representa la oleaginosa en el país. Con datos de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo Argentino (FADA), dijo que las cadenas agroindustriales representan el 22% del empleo privado en el país y que, con 394.000 personas, la cadena de la soja se ubica en el tercer lugar en términos de importancia de empleo en la agroindustria, luego de las cadenas frutihortícolas y bovina. Como si fuera necesario destacarlo, además, las exportaciones de soja -en forma de poroto, harina, aceite y biodiésel- representan el 25% de las ventas externas argentinas. Y gracias al extraordinario desarrollo que ha logrado la soja, hay cada vez más innovaciones y usos. "Los...

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