Cómo sobrevive hoy la calle Warnes con el faltante de repuestos y la inflación

En los negocios de Warnes se quejan de la falta de repuestos y batallan con los incrementos de precios del 5% mensual

"Warnes no es lo que era antes". La frase se repite en los negocios a lo largo de la arteria, famosa por tener la mayor concentración de venta de repuestos y accesorios para el auto en la Ciudad de Buenos Aires. La inflación, que multiplica los precios, y la escasez de insumos producto de la restricción a las importaciones le han puesto una soga al cuello.

La calle Warnes, algo así como el Rodeo Drive del fierrero porteño, está hoy en día salpicada por locales vacíos, con carteles de venta o alquiler, y negocios adonde el comerciante aguarda paciente detrás del mostrador a que ingrese un cliente, aunque más no sea para hacerle una consulta.

Contra la ventana, Hugo, las manos entrelazadas en la espalda, mira el fluir del tránsito. Tiene un negocio de polarizado de cristales . Cuenta que no le faltan insumos para su labor pero que ahora se abastece a cuenta gotas por el latigazo inflacionario . Compra lo justo y necesario. No hace stock, aunque le convendría, porque las ventas han caído en forma y ya no dispone de tanto capital.

"Cuando sube el dólar me suben los precios -explica-. Más o menos un 5% todos los meses . Igual yo prefiero ganar menos y vender lo mismo. Si uno se aviva con los precios la gente se da cuenta y no vuelven más".

Algunos metros más allá, sobre la otra vereda, Osvaldo se dedica al mismo rubro. Está bien aprovisionado en cuanto a materiales, pero subraya que la lista de precios le llega dolarizada. "Las cotizaciones van de la mano del dólar. Cayó mucho el trabajo", asegura. Tiene en el salón un solo auto estacionado, y es el suyo .

La calle Warnes es lo más parecido a un bazar a cielo abierto. Hay de todo para el automóvil. Ricardo tiene una tapicería en una esquina sobre la avenida Juan B. Justo. Dice que compra mayormente productos de origen nacional, que no tiene problemas con el abastecimiento de insumos, pero que sí siente el impacto de la suba de los precios. Recibe listas con incrementos de hasta el 10% mensual . Y replica lo que ya han dicho otros: "No hay demanda, todo el trabajo cayó mucho" .

La caminata da frutos. Los comerciantes, casi todos de brazos cruzados, quieren contar sus penas. Cristina está al frente de un negocio que vende limpiaparabrisas. Explica que "las fábricas trabajan mayormente para las terminales. No hay tantas fábricas como antes. Por eso hay mucho faltante en el rubro...

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