Un sistema vetusto que el Gobierno se resiste a cambiar

Fraude, travesuras, robos, descuidos. La novedad electoral argentina ?comicios que no habrían reflejado el verdadero estado de la opinión pública? mereció tantos calificativos directos como eufemismos e insinuaciones. Unas 3000 mesas han sido impugnadas en la provincia de Buenos Aires. La jueza electoral María Servini de Cubría abrió en la Capital una urna en la que Ricardo Alfonsín, supuestamente, no tenía ningún voto, pero había 22 sufragios para el candidato radical, que nadie registró.Un votante de la provincia de Buenos Aires le contó a La Nacion que protestó ante el presidente de mesa porque en el cuarto oscuro no estaban todas las boletas. "Vote con lo que hay o vote en blanco", le respondió el responsable de la mesa. En territorio bonaerense hubo un desmesurado 8% de voto en blanco. El macrista Federico Pinedo se quejó públicamente tras recibir muchas denuncias de que su boleta no estaba en mesas de la Capital. Fajos con boletas de Alfonsín fueron encontrados también en tachos de basura.Es la primera vez desde 1983 que unas elecciones son tan cuestionadas en su instrumentación, aunque ya en 2007 se había denunciado un masivo faltante de boletas de Elisa Carrió, que salió segunda en las presidenciales de ese año. El reclamo de Carrió fue entonces admitido, en reserva, por dirigentes peronistas bonaerenses. La diferencia es que entonces fue sólo Carrió la denunciante; ahora lo son casi todos los partidos opositores.Primera conclusión: la intensa polémica que está creciendo no pone en duda el arrasador triunfo de la Presidenta el 14 de agosto. Cristina Kirchner ganó, y ganó en buena ley. Abre, en cambio, una pregunta crucial sobre por qué la Argentina es casi el único país sudamericano que sigue votando con el mismo sistema que se usaba a principios del siglo pasado. El sistema ha sufrido, incluso, algunas degradaciones. Antes eran maestros los presidentes de mesa; ahora nadie sabe cómo se seleccionan. A veces son personas que por su edad no tienen experiencia ni tampoco han recibido la necesaria instrucción. La oposición sospecha que hubo muchos voluntarios identificados con el oficialismo entre los presidentes de mesa.Los presidentes de mesa fueron un problema. Otro conflicto está resultando de la disidencia que hay entre muchas actas y sus respectivos telegramas. Unas 1500 mesas fueron impugnadas por eso en la provincia de Buenos Aires por el radicalismo. En otras mesas no hubo relación posible entre votantes y votados. El cero voto para algunos...

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