Siria, la guerra que redefinió el mapa de la región

MADRID.- Todo empezó con un grafiti pintado por adolescentes en una escuela: "El pueblo quiere derrocar al régimen". A los autores los detuvieron y los torturaron. Estallaron manifestaciones. Los reprimieron. Empezaron las matanzas. Y no pararon más.

Cinco años después la estela de destrucción que siguió a la fallida "primavera siria" se cobró entre 250.000 y 470.000 vidas; casi 10 millones de personas se vieron forzadas a dejar sus hogares, una ola incontenible de gente que huye de las bombas desestabiliza a Europa; el mundo descubrió el horror impiadoso de Estado Islámico (EI); Medio Oriente agudizó sus tensiones históricas, y las grandes potencias occidentales se empantanan en una guerra que nunca hubieran imaginado tan propia.

Una tenue luz de esperanza se enciende en estos días en que se cumple el aniversario del conflicto: el cese de hostilidades que rige desde el 27 de febrero abrió paso a una inminente negociación comandada por las Naciones Unidas, en la que se espera acordar un llamado a elecciones dentro de 18 meses.

Los expertos en política internacional son escépticos sobre las posibilidades de paz. Siria es un país partido en infinitas porciones dominadas por grupos antagónicos. Las bombas siguen cayendo pese a la tregua. Los islamistas radicales están fuera de cualquier acción diplomática (el combate contra ellos continúa). El presidente Bashar al-Assad recuperó fuerza y se resiste a abandonar el poder para facilitar una salida.

La postura internacional se desentiende de los reclamos de cambio en Siria -señala Aron Lund, investigador especializado en Medio Oriente del Instituto Carnegie-. La guerra impactó tanto fuera de las fronteras que la urgencia es lograr estabilidad, frenar la ola de refugiados y poner límite al terrorismo.

El cese de hostilidades fue fruto de un acuerdo entre Estados Unidos y Rusia. El gobierno de Vladimir Putin ha sido el gran sustento de Al- Assad, desde que se sumó a los bombardeos contra EI, pero sobre todo contra las milicias opositoras al régimen. Washington rechaza al líder sirio, aunque su postura se ablandó a medida que ganaban territorio los terroristas.

"Por experiencia es recomendable esperar", dice Eckart Woertz, experto del think tank español Cidob. Es una negociación llena de obstáculos. La desconfianza y odio entre los grupos sirios. Los intereses cruzados de las potencias. La influencia de los países árabes.

El conflicto de Siria -un país que subsistía fuera de los radares en 2011-...

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