La sinuosa política del diálogo selectivo

No siempre los peatones esperan ansiosos el momento en que por radio o TV se informa cuánto subió o bajó el Merval, y ya se vio que el riesgo país es demasiado tremendista para decirnos cómo marcha todo. Índice más eficaz quizás sería uno que midiera la evolución del diálogo, según que el Gobierno lo reclame desafiante, lo practique excitado o lo rehúse sin gastar modales.Por ejemplo, véase el cuadro actual: con Irán, sí; con De la Sota, no. Con intendentes alineados, sí, a pleno y con asado; con los que no aprendieron a aplaudir...

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