Los síntomas que develan un drama secreto

Son tragedias personales, íntimas y secretas que jamás se olvidan y dejan heridas indelebles en el alma. Las consecuencias del abuso sexual infantil muchas veces se arrastran de por vida. Y por cada caso que sale a la luz, existen cientos de otros que permanecen ocultos.

Según datos de la asociación civil Salud Activa, "el 30% de las víctimas no se lo cuenta jamás a nadie porque teme a la reacción de los demás, ya sea por sentimientos de culpabilidad o de vergüenza. Otro 50% elige a un amigo de su mismo sexo como confidente, y un 20% se lo cuenta a su madre o a otro familiar".

La psicóloga Elvira Berardi, titular de la Fundación Educando para Prevenir la Violencia (Funprevi) sostiene que es muy difícil establecer qué porcentaje de casos realmente se denuncian y a quién. Pero según su experiencia, los niños más pequeños muchas veces se lo cuentan a sus abuelas; los adolescentes suelen confiarles este secreto a sus amigos más íntimos, y los adultos, generalmente después de muchos años, se animan a contarlo en la terapia o en grupos de autoayuda.

Hay que tener en cuenta que el abuso sexual no es un hecho único y violento, como una violación. "Es más bien un proceso en el que un adulto ejerce su poder afectivo y va avanzando en la intimidad del niño y capturando su voluntad de a poco", señala la psicóloga Beatriz Müller, directora de la ONG Salud Activa.

Frecuentemente, el abuso se produce dentro de la familia, por parte de alguno de los padres (biológicos o no), o de un familiar cercano. El niño no puede contarlo, porque se siente culpable y teme que si devela su secreto se destruirá la familia. Son menos los casos en que el abusador es un maestro, otro niño o un extraño.

Pero éstos son, naturalmente, los que más se difunden. Uno de los preconceptos más difundidos respecto del abuso sexual es que está ligado a la pobreza o a un bajo nivel educativo. Sin embargo, es un drama que se produce en todas las clases sociales. También es difícil prevenir los abusos, pero es importante enseñar a los chicos que su cuerpo les pertenece y que nadie tiene derecho a hacerles algo que ellos sientan que no está bien.

El silencio de los inocentes

Cuando no pueden contarlo -a veces ni siquiera tienen las palabras para hacerlo-, los niños dan señales de lo que está pasando, generalmente a través de síntomas en su conducta y en el cuerpo (ver recuadro).

Hay chicos alegres que se vuelven introvertidos y pierden etapas evolutivas. Empiezan a hacerse pis y caca...

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