El síndrome de burnout: ¿la próxima pandemia?

Aunque se asocia al ámbito laboral, existen fenómenos similares en procesos ocurridos fuera del trabajo

Vivimos en la sociedad de la inmediatez. Si tenemos dudas, Google nos responde; si queremos aprender algo, YouTube nos enseña; y si necesitamos alguna cosa, Amazon nos la envía en horas. Todo esto provoca que tanto el nivel de exigencia como las capacidades personales hayan tenido que adaptarse a tiempos muy cortos, lo que aumenta nuestro nivel de estrés y carga mental.

Las innovaciones tecnológicas nos facilitaron la vida diaria, pero también tienen efectos perniciosos. En este sentido, el síndrome de estar quemado (también conocido con el anglicismo burnout ) se está convirtiendo en una de las principales causas de pérdida de salud. Las tasas de prevalencia superan el 10 % en Europa .

Las innovaciones tecnológicas nos facilitaron la vida diaria, pero también tienen efectos pernicioso

Trabajos que "queman"

Para comprender bien cómo se produce, antes hay que acotar de qué estamos hablando exactamente: el síndrome de estar quemado está clasificado como síndrome de desgaste profesional por la CIE-11 (Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud). En esta guía se identifica como un problema psicológico asociado al empleo.

Entendemos el síndrome de estar quemado como un proceso duradero en el que se produce un desequilibro entre las exigencias de la tarea y las capacidades de la persona. El daño emocional que inflige acarrea una serie de consecuencias físicas y psicológicas siempre negativas.

Aunque se asocia al ámbito laboral, existen fenómenos similares en procesos ocurridos fuera del trabajo. Es el caso del acoso escolar ( bullying en inglés), con consecuencias parecidas en los niños y adolescentes que lo padecen.

Tanto el individuo como la organización pueden sufrir las consecuencias de estar quemados. Las secuelas personales pueden ser psicosomáticas (cansancio, malestar, problemas digestivos, cardiacos, respiratorios, etc.), de conducta (cambios de humor, despersonalización, abuso de sustancias), emocionales (agotamiento emocional, ansiedad, culpabilidad, irritabilidad), de actitud (apatía, cinismo, ironía) y sociales (conflictos familiares, aislamiento, falta de comunicación).

En el aspecto organizativo, el síndrome de estar quemado puede deteriorar la comunicación y las relaciones entre los trabajadores. También se incrementan los errores, las quejas, los accidentes o el absentismo laboral.

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