Sindicalismo mafioso

Extorsionar, presionar, amenazar, patotear son algunas de las acciones que describen a las bandas delictivas, a las mafias propiamente dichas. Y que, lamentablemente, definen con precisión a varios de los sindicalistas de nuestro país, a aquellos que se escudan en la representación y defensa de los derechos de los trabajadores para enriquecerse, sembrar el miedo y ejercer la fuerza para imponerse por sobre la propia ley y quienes deben aplicarla.

Hay que decir que no lo logran en soledad. Ese tipo de comportamientos no son posibles sin un marco político y judicial que les garantice impunidad, sin el aval de dirigentes que se sirven de ese poder mafioso o que recurren a esos grupos violentos para lograr objetivos mezquinos. Quienes son socios en la corrupción se ven obligados a ampararse mutuamente, con lo cual la espiral de violencia y corrupción se extiende, se robustecen los métodos de defensa corporativa y se apela a los más nefastos recursos con tal de lograr sus objetivos espurios.

Hace pocos días se conoció una nueva denuncia que agita las ya revueltas y oscuras aguas del gremio de camioneros. Nancy Pastorino, propietaria de una empresa familiar de transporte de camiones, se presentó ante la Justicia para denunciar que ese sindicato la extorsiona exigiéndole un pago de 500.000 pesos por una supuesta deuda de 1,2 millones, cuando la mujer demuestra que cuenta con una certificación otorgada por el propio gremio que dice que todos sus pagos están al día. Pero no solo eso, quienes la presionan también la amenazan con que, si no paga, van a llamar a sus clientes para cortarles las fuentes de trabajo a sus empleados y la intimidan con realizarle un escrache en la puerta de la firma, entre otros mecanismos mafiosos para amedrentarla.

La mujer decidió grabar esas llamadas extorsivas, y la Justicia comenzó a analizar esas y otras pruebas. Quienes la contactaron telefónicamente desde el gremio fueron Mario Villalba y otra persona en su nombre, a quienes la empresaria no solo les dice que no debe nada, sino que les explica que no cuenta con los fondos suficientes para hacer frente al "obsequio", a la "donación" que entiende que le están pidiendo a cambio de su tranquilidad laboral. Relata que durante una reunión a la que fue convocada en la sede de Camioneros, fue maltratada y advierte que grabó esas conversaciones para denunciarlos penalmente, pues ya no le importa lo que puedan hacerle, dado que su situación es desesperante.

Como consecuencia...

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