Simon Cowell: el hacedor de estrellas

"Todo el mundo tiene su opinión. Te gusta alguien, no te gusta, pero no mucha gente está preparada para decir lo que piensa realmente. Yo pienso lo mismo que la gente en su casa y no tengo problema en decirlo", explica Simon Cowell, el rey malvado de los jueces televisivos. Un ex ejecutivo de la industria musical que aplica toda su acidez británica a crear estrellas y destruir egos por TV. El hombre, que se hizo conocido primero en su país natal y luego en los Estados Unidos como el más malo de los jurados de los concursos Pop Idol y American Idol, ahora pondrá a prueba los lagrimales de los participantes de X Factor , que Sony estrena esta noche, a las 22. Se trata del más reciente ejemplo de la obsesión televisiva con los programas de búsqueda de talentos, en los que no siempre la presencia de éste último es lo más importante. De hecho, para diferenciarlo del resto de los reality shows de su tipo y especialmente de American Idol , fenómeno de rating durante las diez temporadas que lleva en el aire -y que pudo sobrevivir a su primer año sin Cowell-, X Factor profundiza el costado humano de los aspirantes. "Me interesan sus historias personales. Por supuesto que espero que todos digan que siempre quisieron cantar. Eso es obvio y no me divierte. Lo que me importa es que me cuenten de su divorcio, de por qué dejaron la universidad. En mi lista primero está el talento musical, pero en un muy cercano segundo lugar resulta obligatorio que la persona tenga una vida interesante", decía Cowell a la prensa internacional días antes del estreno de X Factor. En esa misma previa, el juez y productor, con una arrogancia que lo hizo tan famoso como su ridículo corte de pelo y sus camisas entalladísimas, aseguraba que su programa iba a ser el más visto de la nueva temporada norteamericana y que nada menos que el liderazgo en el rating lo dejaría satisfecho. Es que el hombre que alguna vez le dijo a un concursante en American Idol : "Sos un inútil, me aburrís" -entre muchas otras barbaridades- tenía bastante que probar.Un símbolo de los reality shows de concurso que fascinan al mundo y le cambiaron la cara a la industria musical, Cowell decidió dejar Idol para exportar de Inglaterra a los Estados Unidos (y ahora a América latina) este X Factor con el que descubrió a Susan Boyle (sí, él tiene la culpa) y a Leona Lewis. Así, el productor sumó un nuevo ciclo a la ya nutrida oferta del género. Que, aparentemente, mientras quede público interesado seguirá...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR